Kate Kelly
Goldman Sachs ha pagado casi 300 millones de dólares a su presidente, Gary D. Cohn, con acceso inmediato a dinero en efectivo y acciones, y al hacerlo así ha alentado tácitamente a otros ejecutivos de la compañía a aceptar un papel influyente en Washington.
A fines del martes, Cohn, director del Consejo Económico Nacional que asesora al presidente Trump, reveló en una declaración de valores que él y los miembros de su familia habían recibido ese día de 940.908 acciones de Goldman, valoradas en casi 220 millones de dólares. Ese premio se suma a un pago en efectivo, anunciado el mismo día, que asciende a unos 65 millones de dólares, lo que le deja con una ganancia total de unos 285 millones de dólares.
Teniendo en cuenta que Cohn, de 56 años, está obligado a desprenderse de sus acciones de Goldman bajo las leyes federales de ética, "tomamos estas medidas para permitirle cumplir con las normas de conflicto de intereses, como hemos hecho para las personas en la administración Blasio", dijo Jake Siewert, portavoz de la compañía, refiriéndose a la oficina del intendente de Nueva York, Bill de Blasio. Bajo una política en vigencia –agregó Siewert– Goldman permite a sus empleados salientes y que están entrando al servicio público mantener sus existencias de stock.
En las últimas semanas, alguien familiarizado con los planes financieros de Cohn manifestó que, en preparación para su nuevo trabajo, el mismo hizo importantes donaciones a varias organizaciones benéficas y que está a punto de vender al menos algunas de sus acciones de Goldman. No está cobrando salario por su trabajo en la Casa Blanca, añadió la fuente.
Un portavoz de la Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios a este respecto.
La prisa de Goldman en relación con sus restricciones usuales en la elegibilidad para la venta de las acciones de Cohn ha restablecido un debate sobre si los veteranos de la firma que entran al servicio público reciben un tratamiento especial de la compañía o si la empresa recibe tal tratamiento de ex empleados en el gobierno.
Algunos expertos en ética gubernamental dijeron que el tratamiento de Cohn por parte de Goldman es directamente favoritismo. "Están jugando un juego y están jugando un juego para que esta persona se sienta en deuda con Goldman Sachs", dijo Richard W. Painter, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Minnesota y principal abogado de ética de la Casa Blanca durante la Administración de George W. Bush. Painter estuvo entre los abogados que recientemente demandaron a Trump, acusándolo de violar la Constitución al permitir que sus hoteles y otras operaciones de negocios aceptaran pagos de gobiernos extranjeros. Trump dijo que ese pleito no tiene mérito.
"Si Goldman Sachs tiene el derecho contractual de mantener las acciones, pero sobre una base de estudio caso por caso casi siempre le permite mantener la acción si la persona va al servicio del gobierno, entonces eso es lo que se llama un pago extraordinario", sostuvo Painter.
Si, finalmente, se define el pago por el retiro de Cohn como un pago extraordinario –típicamente un pago de más de US$ 10.000 que es adicional a la obligación del empleador y en un momento cuando un empleo en el gobierno parece posible– podría ser excluido de participar en asuntos relacionados con Goldman durante dos años.
Cohn, quien se unió a Goldman en 1990 y, finalmente, se convirtió en su ejecutivo N° 2, recibió un buen pago por sus 26 años de servicio, que incluyeron viajar por el mundo por asuntos regulatorios y para atender clientes, siendo parte del directorio de la compañía y manejando cuestiones del día a día de la compañía.
Una porción significativa de las casi un millón de acciones de Goldman que Cohn y su familia poseen ahora ya eran elegibles para la venta. Sin embargo, una cantidad sustancial de acciones, en su mayoría en forma de títulos restringidos, normalmente no estarían disponibles para ser vendidas por hasta tres años, de acuerdo con documentos reglamentarios presentados el martes.
Además, Goldman recompró las participaciones de Cohn en ciertos fondos de capital privado y fondos de cobertura administrados por la firma, de acuerdo con una declaración. Algunas de las compras se hicieron a precios de descuento debido a la dificultad de vender fuera de sus posiciones.
Las acciones de Goldman que posee Cohn son parte de "una larga tradición de animar a la gente a devolver a sus comunidades cuando salen de la empresa", dijo Siewert, "y eso es una parte importante de la cultura aquí".
De hecho, Morgan Stanley, Citigroup y otras firmas financieras tienen políticas similares a las de Goldman. Pero algunos accionistas encuentran la práctica objetable.
El año pasado, una filial de la AFL-CIO presentó propuestas de accionistas en Goldman y de otros cuatro grandes bancos públicos (una sexta propuesta fue retirada posteriormente) buscando poner fin a la práctica de acelerar las ventas de acciones de los empleados privados que van al servicio público. Las propuestas, que han sido derrotadas en años anteriores, reflejan las preocupaciones de la citada central sindical de que la relajación de las políticas de consolidación de derechos animaría a los empleados importantes a abandonar sus puestos de trabajo.
"El argumento de premiar con una compensación de capital es atraer y retener a ejecutivos", dijo Brandon Rees, subdirector de la oficina de inversiones de la AFL-CIO. "En última instancia, creo que sería en el mejor interés de las empresas que sus prácticas de compensación se vean como que no comprometen la objetividad de los funcionarios del gobierno".