Vichuquén, Chile | AFP |
Los siniestros han devorado cerca de 270.000 hectáreas en siete regiones del país en poco más de una semana, provocando una tragedia sin precedentes que acabó con la vida de un bombero voluntario, dos policías, cuatro brigadistas (bomberos forestales) y tres habitantes de las zonas afectadas, según informes del gobierno chileno.
La última víctima es un hombre, quien fue encontrado por bomberos este jueves en el poblado de Lloicura en la región del Biobío (550 km al sur de Santiago). Es la primera víctima que se registra en esta zona, según informó la Gobernación de esta región.
Asimismo, una persona murió en la localidad rural de Santa Olga, pasto de las llamas esta madrugada. Cerca de un millar de viviendas quedaron totalmente calcinadas y más de 4.000 personas de esta localidad fueron evacuadas.
"Lamentablemente, el fuego ha llegado hasta lugares como la población Santa Olga. Afortunadamente, se ha podido evacuar a todas las personas", informó la presidenta Michelle Bachelet, en rueda de prensa.
El número de incendios activos bajó de 64 a 55, mientras que 53 siniestros fueron controlados y 23 extinguidos, según el último reporte de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Pérdidas incalculables
Los incendios afectan zonas rurales donde viven en su mayoría agricultores y criadores de ganado. Las grandes empresas forestales también se han visto afectadas, principalmente en la región del Maule, donde el fuego consumió más de 160.000 hectáreas, muchas de ellas de pinos y eucaliptos. Las pérdidas económicas que dejará esta catástrofe "son enormes e incalculables", afirmó el ministro de Agricultura, Carlos Furche.