Roma, Italia. AFP.
Mientras el número de cadáveres extraídos bajo los escombros del hotel Rigapiano en los Apeninos ascendió este miércoles a 25 y los desaparecidos se reducen a 4, los pequeños milagros y los grandes dramas conmueven a Italia.
Héroes bajo la tormenta: Hace una semana, el miércoles 18 enero, en medio del caos que reinaba en todo el centro de Italia azotada por nevadas históricas y la secuencia de cuatro terremotos de magnitud mayor de 5 grados, los equipos de rescate fueron alertados hacia las 19:00 sobre una avalancha que arrasó un hotel en la misma zona.
Pero están bloqueados: la carretera de 8 kilómetros que serpentea la localidad de Farindola está cubierta por cerca de dos metros de nieve. No se ve nada. En plena noche y pese a la tormenta de nieve y las ráfagas de viento, un puñado de socorristas equipado con esquís, pieles y palas, decide partir a pie a pesar del alto riesgo de una nueva avalancha.
Caminan toda la noche, llegan a la madrugada, la escena es desoladora. "El hotel desapareció", informa uno de los bomberos. Fue sepultado por una avalancha que golpeó con la fuerza de 4.000 camiones lanzados a toda velocidad.
Solo al día siguiente, hacia el mediodía, llega la maquinaria encargada de despejar la carretera. Los héroes sin nombre buscan sin parar rastros de vida entre los escombros.
SE SALVA FAMILIA ENTERA
El que fuera el rostro de la tragedia, Giampiero Parete, el cocinero de 38 años que asistió desde su automóvil al alud de nieve y trozos de árboles, el único que pudo llamar con su móvil y sin cesar a un amigo para pedir auxilio, rogaba que salvaran a su familia, su mujer y los dos hijos, que habían quedado atrapados bajo el hotel.