París, Francia. AFP.

Los finalistas de las primarias socialistas en Francia encarnan dos visiones antagónicas de la economía: un social-liberal Manuel Valls contra Benoît Hamon, un "díscolo" ansioso por romper con la política de François Hollande. Desde la noche de la primera vuelta de las primarias, Manuel Valls marcó el tono, afirmando que los electores tendrán que decidir entre "promesas irrealizables" e imposibles de financiar, según él, de su rival, y "una izquierda creíble", es decir, la suya.

Pero Benoît Hamon, un 'outsider' que quedó en cabeza en la primera vuelta de la votación, negó que su programa fuera utópico. El ex primer ministro y su efímero ministro de Educación (menos de cinco meses en el cargo) se oponen en todo o casi todo lo tocante a la economía, desde la propuesta de renta básica universal de Hamon, a la tributación de las empresas, la reducción del déficit público o las horas de trabajo.

"En las primarias de la derecha, teníamos dos matices del liberalismo entre François Fillon y Alain Juppé, mientras que aquí tenemos una oposición mucho más clara", resume Emmanuel Jessua, del instituto Coe-Rexecode, entrevistado por la AFP.

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Según el economista, "Manuel Valls preserva la orientación política del quinquenio" de Hollande, mientras que "Benoît Hamon se centra en una crítica de esta política gubernamental".

Benoît Hamon quiere subir el salario mínimo un 10% y promover una reducción suplementaria del tiempo de trabajo, derogar la reforma laboral impulsada por Hollande y que el código de trabajo prime sobre los convenios colectivos o de empresa.

Otra medida faro de Hollande cuestionada por Hamon son las ventajas fiscales acordadas a las empresas, contra las que el candidato propone reasignar los créditos impositivos a las empresas.

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