El FMI prevé que la región tenga un crecimiento de 1,2% este 2017, un 0,4% menos que el pronóstico anterior. Principalmente el organismo recortó la expectativa de expansión de Argentina y Brasil, por lo que el escenario económico y comercial se empeora para sus vecinos, entre ellos Paraguay.
La previsión de Argentina corrigió a la baja en un 2,2%, por lo que quedó en 2,2% para este año. El ajuste se debe a que en los dos últimos trimestres de 2016, el producto creció menos de lo pronosticado. Para Brasil se prevé que en el 2017 el crecimiento del PIB real se torne positivo y sea de 0,2%, 0,3% menos de lo esperado, según el FMI.
"El panorama mundial cambió desde nuestra última actualización en octubre del 2016, y los cambios se deben principalmente a factores como una modificación prevista en el régimen de políticas de Estados Unidos, niveles más altos de crecimiento e inflación y un dólar más fuerte. También mejores perspectivas para otras economías avanzadas y China en 2017/18, como consecuencia de mayor actividad económica en el segundo semestre y a expectativas de que se implementen políticas de estímulo", enfatizó el director.
Agregó que hay cierta recuperación de los precios de las materias primas, en especial los precios de los metales y el petróleo, gracias a una fuerte inversión inmobiliaria y en infraestructura en China, a las expectativas de una distensión fiscal en Estados Unidos y al acuerdo entre los principales productores de petróleo para reducir la oferta. Esto juega a favor de los países exportadores, como la economía local. "Estas corrientes en la economía mundial tienen un impacto variado en América Latina, y en algunos países los factores internos continúan siendo predominantes", aclaró Werner.