Por Alex Noguera
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Para millones de personas, ayer comenzó la era de la incertidumbre. Y es que pocas veces en la historia democrática de occidente la asunción al mando de un presidente presentó tan alto índice de impopularidad. Hasta ahora ninguna respuesta convence de cómo la pesadilla se convirtió en realidad. Donald Trump ya es presidente, Barak Obama, el pacifista, el considerado por muchos como el sucesor de la política de John F. Kennedy, dejó la Casa Blanca.
Lo que vendrá de ahora en más es un total misterio, pero lo que antecedió a este 20 de enero ya es condimento suficiente para prever que este ciclo que se inicia tendrá muchas sorpresas.
A pesar de tener descontentos a muchos ciudadanos –no solo en su país, sino de sus vecinos y más lejanos–, hay que reconocer que el nuevo mandatario cuenta con algunos aliados poderosos. Y como si fuera un mundo del revés, dos de los considerados "de la pesada", que hasta ayer por poco no eran enemigos declarados de Estados Unidos –Vladimir Putin, de Rusia, y Kim Jong-Un, de Corea del Norte–, en este amanecer son simpatizantes del líder del país del norte.
Por el otro lado, y siguiendo con las posturas enrarecidas, vemos a Xi Jinping, presidente de la República Popular China –quien habitualmente mantenía una política de aparente neutralidad con Norteamérica–, en los últimos días hizo otra inquietante advertencia a Trump: "Nadie saldrá vencedor de una guerra comercial", haciendo alusión a la necesidad de la globalización. Parecería una broma de mal gusto, pero él, el líder comunista, históricamente centrado en un mercado regional cerrado, de pronto responde sobre las amenazas proteccionistas de Trump. Y agrega que "no se pueden quebrar las reglas cuando a uno le interesa". ¿El democrático proteccionista versus el comunista liberal? Y esto apenas empieza.
Los especialistas no solo vaticinan que con Donald Trump a la cabeza del gobierno, décadas de negociaciones se pueden perder. Por ejemplo, amenazó con salirse de una serie de acuerdos de libre comercio como el NAFTA, que mantiene con México y Canadá. También insinuó apartarse de la Organización Mundial del Comercio.
En este nuevo mapa geoeconómico que se extiende sobre la mesa en la casa de gobierno en Washington también están esbozados los nuevos planteamientos que afectarán a América del Sur, que podrían ser beneficiosos para el Mercosur si los representantes regionales manejan adecuadamente las cartas del bloque y se mantienen firmes en defensa de sus intereses.
Entre las preocupaciones que se abren a partir de ayer se suman las del pacto nuclear logrado por Obama con Irán que, según Trump, fue el peor acuerdo que vio negociarse.
Pero la cuestión nuclear no acaba allí. Pese a no tener una relación directa con Corea del Norte y mucho menos con China continental, el nuevo presidente de Estados Unidos considera importante reforzar la seguridad en Asia, lo que para algunos equivaldría a instalar bases nucleares en Japón o Corea del Sur, actitud que no le caería nada bien a su "amigo" Kim Jong-Un y mucho menos a Xi Jinping, sobre todo después del cruce de insinuaciones en cuanto a que Trump no permitirá al gobierno de Pekín tener acceso a los islotes artificiales en el Mar del Sur, lo que los comunistas respondieron con que eso "puede llevar a una guerra".
"En este nuevo mapa geoeconómico que se extiende sobre la mesa en la casa de gobierno en Washington también están esbozados los nuevos planteamientos que afectarán a América del Sur".
Pero esa presión entre EEUU y China se había iniciado en diciembre tras la llamada que realizó Trump a la presidenta Tsai Ing-wen, de Taiwán, a la que Pekín considera una provincia y no como un Estado independiente. Y es que desde hace aproximadamente 40 años, entre estos tres países imperaba la política de una sola China (comunista), que en cualquier momento podría cambiar.
Otros tres aspectos importantes que también podrían variar son la posición de Estados Unidos en cuanto a la OTAN, una mayor relación amistosa con Rusia y el acuerdo de cambio climático firmado en París, al que Trump prometió darle su certificado de defunción en sus primeros 100 días de gobierno, lo que sería poco probable –al menos durante 4 años– debido a los compromisos asumidos.
Al tiempo que en varios países cunde la conciencia sobre la necesidad de utilizar energías limpias, como es el caso de Alemania que se despide del uso del petróleo y del carbón, incluso de la energía atómica, apostando por la eólica, o de Paraguay que con Itaipú Binacional es líder mundial en la producción de este tipo de energía y renovable, el nuevo presidente norteamericano pretende impulsar de nuevo los combustibles fósiles.
Ayer asumió el mandatario y hoy la "bienvenida" se la darán los artistas, que tienen organizados shows, marchas y protestas. Actores de teatro, de Hollywood, escritores, escultores, pintores, músicos, cantantes, se unen en el primer día Trump para darle un mensaje, el mismo que dejara Barak Obama: estarán vigilantes de cada paso que dé, en este nuevo camino que comienza, en la era de la incertidumbre.