Por Belén Mora.
Especial desde Washington
Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos con uno de los niveles de popularidad más bajos de las últimas cuatro décadas. Para el analista político Roberto Izurieta, esto obedece a diversos factores que, de no corregirse a tiempo, podrían causar serios problemas al nuevo gobierno.
Un reciente estudio del Pew Research Center da cuenta que Trump asumió la presidencia con un nivel de aprobación del 39%. Cifra muy inferior a la registrada por sus antecesores, que por lo general oscila entre el 55% y el 75%. Para Izurieta, analista político y profesor de George Washington University, esto se debe a que probablemente aquellas estrategias que permitieron al magnate ganar la elección no serán suficientes para mantener la aprobación como líder de Estado.
Trump es un presidente con muchas debilidades, según Izurieta. En primer lugar, no ganó las elecciones con el voto popular. "Representa la estructura política y las reglas de EEUU, pero no el voto popular", aseguró.
Por otro lado, la intervención del "sistema de justicia, en el sistema político", con la investigación del FBI a la candidata Hillary Clinton días antes de la votación y las denuncias de la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones, "le pone una nube a un triunfo electoral complicado".
Para el analista, Trump fue un candidato populista, pero a diferencia de los populismos en América Latina, el magnate podría tropezar con inconvenientes que no le permitan desarrollar este estilo de gobierno.
En primer lugar, puede que no cuente con los recursos necesarios "para alimentar la política económica-fiscal, que en el fondo es demagógica e insostenible". En segundo lugar, la solidez de las instituciones en Estados Unidos.
Otro de los principales retos para Trump será su propio partido. Según Izurieta, a pesar de que los republicanos controlan la Casa Blanca y el Congreso, el magnate "deberá demostrar un enorme manejo político, que le permita consolidar una agenda legislativa. Caso contrario, el analista vaticina que "el eje del poder va salir de la Casa Blanca y va a pasar al Senado. Entonces el hombre más poderoso del país será el líder del Senado, que es republicano", añadió.
Finalmente, asegura que Trump tiene la oportunidad de ser un extraordinario presidente de los EEUU, siempre y cuando logre corregir los errores, a fin de desarrollar un "liderazgo efectivo donde hay una mezcla de cambio, innovación, pero al mismo tiempo un sentido de la realidad". Características que, según Izurieta, Trump no posee.