• Por Julio Ibarrola, ex diputado nacional

En la entrega pasada de esta columna en donde tratamos de analizar lo que realmente sucede en la colonia Guahory, hemos mencionado que uno de los problemas que se han y siguen dando en dicho lugar es la falta de cumplimiento de parte del Indert en cuanto a la entrega del título de propiedad a quienes realmente ocupan y explotan la tierra, además de abonar íntegramente por el valor del inmueble, encontrándose que la gran mayoría de ellos han cancelado sus cuentas con el ex IBR, es decir fácilmente estamos hablando más de 12 años como mínimo teniendo en cuenta que el actual Indert entra en vigencia en el año 2004.

Pero además de la importancia y el alcance jurídico y económico que tiene el título de propiedad para un agricultor es indiscutible que intenta desarrollarse socioeconómicamente dentro de una política del Estado llamado Reforma Agraria; sin embargo en la colonia Guahory la falta de cumplimiento de parte de la Institución encargada de la política agraria (Indert) en vez de conceder la tranquilidad a los verdaderos beneficiarios de la tierra, no solo se niega a entregar los títulos de propiedad, sino además sigue con su política de persecución ideológica contra los paraguayos hijos de extranjeros (brasiguayos) que también son beneficiarios genuinos de parcelas de tierras del estado para la reforma agraria, pretendiendo recuperarles la posesión sin ningún asidero legal, es más sin derecho a la defensa como garantiza la propia Constitución Nacional, sino con un simple acto administrativo de censo y amojonamiento practicado por los propios funcionarios del Indert, es decir, el presidente del ente, Justo Cárdenas, que por cierto no tiene nada de justo como cualidad humana; sigue presionado por autoridades parlamentarias, eclesiásticas y pseudodirigentes sociales para despojar ilegítimamente a los connacionales, que por producir productos de renta como soja, maíz trigo entre otros se los considera marginales del campo, perseguidos inmisericordemente por las autoridades del Indert, algunos parlamentarios con ideologías desfasadas, pseudodirigentes sociales que se lucran de las necesidades de sus asociados y hasta ciertas autoridades eclesiásticas han estado cultivando productos de renta en las propiedades invadidas de los pequeños productores agricultores.

¿O acaso el mismo Justo Cárdenas no ha mencionado a la colonia Guahory como una de las tierras mal llamadas malhabidas y después cuando se dio cuenta que las tierras estaban en su mayoría tituladas a favor de los afectado de la invasión, salió a expresar que la salida jurídica más favorable era la expropiación? Estas decisiones desatinadas de Justo Cárdenas le valió la descalificación pública de los no bien ponderados políticos de ideologías socialistas como Luis Alberto Wagner, Sixto Pereira entre otros, que la recuperación irregular de las tierras de Guahory era un hecho en contubernio entre el alto funcionario administrativo y los parlamentarios "zurdos".

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Sin embargo, estas autoridades verdugos de los genuinos hombres del campo, no contaban del trabajo que venían realizando en la zona tanto el Poder Judicial, Ministerio Público, Ministerio del Interior y la propia Policía Nacional, a fin de poner orden y reivindicar el estado de derecho en dicho lugar a favor de los afectados y verdaderos dueños y poseedores de las tierras de Guahory.

Si tanto JUSTO CÁRDENAS, LUIS ALBERTO WAGNER, SIXTO PEREIRA, PAKOVA LEDEZMA y los pseudodirigentes campesinos quieren recuperar tierras a los que ellos llaman malhabidas que fueron adjudicadas en forma totalmente arbitraria desde la época del IRA, IBR y hasta ahora por el Indert grandes extensiones de tierras fiscales, cuyos beneficiarios están los militares, empresarios, autoridades y hasta dueños de unos de medios de comunicación más importante del país y estoy hablando específicamente de HUMBERTO RUBIN que fue favorecido por el ex IBR por más de 1.000 hectáreas en la zona de Alto Paraná en la década del 70, y éste a su vez lo vendió a un productor de la zona convertido hoy día en el distrito de Naranjal, departamento del Alto Paraná.

Justo Cárdenas y sus secuaces anímense a recuperar tierras del Estado de estos personeros de épocas pasadas que nunca fueron beneficiarios de la Reforma Agraria.

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