El calor extremo puede poner en peligro la vida de un bebé en gestación, según advierte el Ministerio de Salud. Por ello, el ente recomienda a las embarazadas no exponerse al sol entre las 10:00 y las 16:00, además de beber al menos tres litros de agua por día y consumir alimentos frescos, para evitar la deshidratación e inclusive el parto prematuro.

Las altas temperaturas tienen consecuencias físicas en las embarazadas e influyen en el bebé, según un comunicado emitido por el Ministerio. Refiere que uno de los efectos del calor es que hace que se contraigan los vasos sanguíneos como método de enfriamiento. "Por eso a muchas personas se les hinchan los pies. Algo mucho más visible en las embarazadas, ya que su temperatura interna aumenta durante la gestación", indica.

Si bien muchas mujeres por el trabajo que desempeñan no pueden permanecer en habitaciones climatizadas, se recomienda evitar exponerse al sol entre las 10:00 y 16:00.

Asimismo, beber al menos tres litros de agua, para contrarrestar el riesgo de deshidratación. Además, el consumo de alimentos frescos: ensalada, frutas con mucho contenido en agua también contribuye a la hidratación del cuerpo. Se debe igualmente usar crema protectora en la piel, puesto que ésta se vuelve más sensible durante el embarazo.

"El calor puede convertirse en una situación de riesgo cuando se produce a un 'golpe de calor', que se da generalmente ante el aumento de la temperatura corporal a 39° C", alerta la cartera sanitaria.

Algunos síntomas de golpe de calor en las embarazadas son: piel rojiza y seca, pulso acelerado y dolor de cabeza, mareo, vértigo y vómitos. Ante cualquiera de estas señales de alarma, se sugiere el traslado inmediato de la gestante al centro asistencial más cercano.

Con el embarazo, de por sí sube la temperatura corporal, debido a los cambios hormonales, por lo que se aconseja un especial cuidado a las mujeres en estado de gravidez, para hacer frente a la ola de calor, que en los últimos días supera los 40º C.