Con un planeamiento de casi un año, y tras recorrer casi 9.000 kilómetros por tres países de Sudamérica, teniendo a Paraguay como punto de partida, el Dakar 2017 plasmó sus legítimos valores, tras cerrar con 227 máquinas en Buenos Aires. Entre ellas, Peugeot mantuvo su supremacía ante otras prestigiosas marcas como Toyota, Renault, Mercedes, y copó el podio con sus experimentados pilotos, mientras a sus 51 años, Monsieur Dakar, aguarda aún un sucesor, terminó por sumar su título número 13.

Al igual que en el 2016, las condiciones extremas del tiempo alteraron los planes y obligaron a encontrar el equilibrio entre la exigencia extrema y la seguridad de los pilotos. Y como advirtió el director deportivo, Marc Coma, este año se volvió a las fuentes, con menos caminos de rally y más navegación. Los competidores, en su gran mayoría, celebraron la decisión; la carrera no fue tan lineal y la búsqueda de los waypoints tornó más imprevisible el resultado de cada etapa.

En motos, la marca austriaca KTM extendió a 16 años seguidos su serie de festejos mediante sus virtudes y errores ajenos. Los 50.000 fanáticos que lo despidieron en Asunción, los 100.000 en Bolivia y los casi 150.000 que lo recibieron en Buenos Aires, marcaron el gran arraigo que el Dakar tiene en Sudamérica.

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