• Por Augusto dos Santos
  • Periodista

El sitio donde se instala esta confrontación es la opinión pública y esencialmente sus influyentes. La opinión pública se convirtió en un asunto importante ya para los griegos. Sabían que con el consenso de opiniones construían una fuerza de representación y que ello servía para el ejercicio del Gobierno. Los romanos perfeccionaron el asunto identificando en la opinión publica un sitio donde aterrizar consignas que más tarde alcanzarían el nombre de "propaganda política".

Pero hay muestras de propaganda política en tiempos aún más lejanos en el calendario de la humanidad. El Arca de Noé fue una de ellos. Miles de años antes que el Presidente Bush proclamara su doctrina de lucha contra el eje del mal, esa mixtura explícita y prodigiosa entre la política y la religión de los tiempos antiguos prohijó la idea: Dios enviaría un importante aguacero y con él se cubriría la faz del mundo conocido de una brutal inundación. Los buenos se salvarían de morir ahogados a bordo de un barco encargado a un tal Noé, mientras los malos no solo perderían su vida sino sus loros y mascotas cuyos representantes también irían a bordo del portentoso bote. Si ésta no es comunicación política, si ésta no es propaganda política, la comunicación política donde está.

En la misma Biblia figura otro hecho poderoso de comunicación política: Los diez mandamientos de la ley de Dios. Solo imaginen a un pueblo que peregrina por décadas en el desierto y de pronto su líder (Moisés) sube a un monte –tensión– escucha la voz de Dios –suspenso– que proviene de un arbusto que se enciende –efectos especiales– y allí recoge "La Palabra".

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Nunca hubiera sido lo mismo si un día Moisés se trepaba a un camello y se ponía a gritar a voz de cuello: "muchachos a partir de hoy bajemos un cambio con las infidelidades". Lo que instala una idea política es la descripción de un futuro desde un liderazgo. Si es divino, mejor.

Los diez mandamientos son un proyecto preciso y de altísimo rendimiento en materia de propaganda o publicidad política, porque al expresarse como mandato imperativo (expresión divina) se abroga la potestad de marcar las reglas morales a las que deben ceñirse los pobladores de ese tiempo y espacio.

Hoy ya no existe un mesías que sube al monte a proclamar un modo de vida. Existen los medios de comunicación, las redes, las fórmulas posmodernas de guerra por el poder desde la comunicación. Diríamos que estas guerras son de baja intensidad en los períodos no electorales, pero se pintan la cara y salen con sus mejores artes de guerra en los tiempos electorales. Es lo que empezamos a vivir en Paraguay.

LA COMUNICACIÓN POLÍTICA ES LO QUE SUCEDE MIENTRAS…

La comunicación política es lo que sucede mientras los ciudadanos desarrollan su vida normal. Proviene de gestos, símbolos semióticos, programas de televisión, acciones comunicacionales. La mayor parte de la comunicación que produce hechos políticos o que los provoca no se encuentra en las noticias políticas

Si solo sucediera en el mundo de la política real lo que reflejan las páginas de política, todo sería tremendamente previsible. La noticia política es un género menor de la política real. La mayor parte de lo que se publica como "hechos políticos" son representaciones muchas veces encontradas y los lectores terminan surfeando en tales controversias.

Ahondando diríamos que lo que se publica es una ecuación entre la "representación política" o sea la "actuación de los actores políticos para transmitir determinada pose" menos, o a veces dividido, la posición del medio sobre tales acontecimientos.

MISMOS NÚMEROS OTROS RESULTADOS

Esta semana sucedió algo que pinta de cuerpo entero la prodigiosa versatilidad de la comunicación política: el influyente diario ABC Color publica una tapa que dice que "solo el 9 por ciento de los electores apoyan la reelección de Cartes". Este es el porcentaje que resulta de restar al universo entero de electores la suma de 350 mil firmas que juntó la ANR.

Con ese mismo criterio, le responde el diario HOY desde la otra vereda, "solo el 0,8 por ciento de los electores piden el juicio político de Cartes". Y esa ecuación se consigue exactamente con la misma operación: restando al universo de electores las 30 mil firmas que dicen buscar los opositores para juzgar a Cartes.

No queda atrás en la semana otra pequeña tormenta mediática también en diversas veredas. Todo comienza con Última Hora anunciando que hubo un acuerdo entre Mario Ferreiro y Efraín Alegre. La información fue ampliada en detalles luego por el portal Hoy, todo lo cual provocó una presurosa salida aclaratoria de los hermanos Ferreiro.

Pero también en esta misma semana " enfermaron gravemente" a Lugo, dentro de la misma guerra mediática en curso. Lugo se había sometido a un chequeo en la semana a consecuencia de la dolencia que tuvo durante su mandato presidencial pero de inmediato salió y se metió de nuevo a una gira política. Sin embargo, su visita médica bastó para que sus adversarios hicieran circular el chisme de su "agonía".

Los medios toman partido en la política paraguaya, desde su poder político y empresarial. Ningún grupo queda afuera. Todos defienden un interés y atacan a un competidor, todos escogerán un delfín. La prescindencia es como el espejo de la reina mala de Blanca Nieves, una hipocresía en la que solo cree la propia reina.

Pocas horas después, en el portal de Ñandutí se publicaba que "Kencho" Rodriguez sucedería a Lugo como senador.

Esta semana de idas y vueltas a resultas de la guerra comunicacional de los sectores actualmente en pugna es solo un botón de muestra de lo que se irá sintiendo a medida en que pasen los días. Peor aún, muy cerca del baúl de la guerra comunicacional política suele ubicarse la caja de Pandora de la guerra sucia.

Ya se habla de la contratación de un conocidísimo experto en campañas electorales y demoliciones del extranjero para acompañar a un sector antioficialista. Es probable que el oficialismo no se quede atrás y así como se está calentando el horno mediático, podría ser una temporada de absoluta veda de bollos.

LO QUE NADIE CUENTA DE LAS CAMPAÑAS

Nadie cuenta de las campañas electorales, porque no es políticamente correcto hacerlo, que solo la mitad del esfuerzo político y científico se dedica a las artes de promover la candidatura de determinada persona para determinado cargo. La otra mitad del esfuerzo se destina a destruir las aspiraciones de la otra persona que aspira al mismo cargo; en ambos roles los medios juegan un papel fundamental.

Creer en campañas fraternas entre candidatos rivales es tan cándido como creer que los medios no se alinearán en favor de una u otra candidatura. Al menos en Paraguay no se conoce un solo diario influyente que no hubiera apoyado a un candidato para las elecciones generales en el tramo definitorio de las campañas. A nivel mundial no es necesario recordarles lo que sucedió con la CNN y Trump.

Esto es así porque el proceso de reconfiguración de la propiedad de los medios, principalmente a partir de los sesenta, hizo que los medios terminaran en manos de los dos sectores más susceptibles a la política: políticos y empresarios.

Pedirles a ellos que permanezcan indiferentes y objetivos en un campaña es como rogarle a Anibal Lecter que se vuelva vegetariano.

Dejanos tu comentario