Michael Corkery

Wells Fargo sigue enfrentando las consecuencias del escándalo con las cuentas falsas que lo envolvió el año pasado.

El viernes último, el banco dijo que, comparado con igual periodo del 2015, las nuevas solicitudes de tarjetas de crédito se redujeron un 43 por ciento en el cuarto trimestre del 2016 y que las aperturas de nuevas cuentas corrientes cayeron un 40 por ciento.

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Los resultados reflejan el periodo completo desde septiembre, cuando Wells, con sede en San Francisco, anunció que sus empleados habían creado, a lo largo de los años, hasta dos millones de tarjetas de crédito y cuentas corrientes no autorizadas.

Wells ha prometido cambiar totalmente su agresiva cultura de comercialización, eliminando los objetivos de ventas en los bancos minoristas y abandonando su estrategia de venta cruzada de promocionar múltiples productos para un solo cliente. Esa estrategia se desarrolló en la red nacional de miles de sucursales del banco, donde la comisión de los empleados estaba ligada al número de cuentas que podían vender. La presión llevó a miles de ellos a crear cuentas falsas con los nombres de los clientes.

El cuarto trimestre reflejó una amplia desaceleración en la actividad de la sucursal: las transacciones de en los cajeros cayeron un 6 por ciento comparado con el 2015, mientras que las interacciones de los clientes con los banqueros de las sucursales cayeron un 14 por ciento.

Sin embargo, aunque su negocio minorista mostró algunos signos de problemas, Wells Fargo logró aumentar sus depósitos en dicho trimestre. Y el gasto en sus tarjetas de crédito y débito también aumentó comparándolo con el año anterior.

Wells reportó una pérdida mayor a la esperada en el trimestre, con ganancias cayendo un 4,3 por ciento, a 21,9 mil millones de dólares.

El banco añadió que la pérdida tuvo poco que ver con el escándalo de las cuentas falsas. Más bien, decía, estaba impulsada por una peculiaridad contable en la forma en que el banco cubre o trata de minimizar el valor fluctuante de sus tenencias de deuda. Las coberturas del banco fueron ineficaces para mitigar el impacto de las tasas de interés volátiles en el cuarto trimestre.

Los inversores parecían estar mirando el lado positivo, incluyendo el sólido crecimiento en la cartera de préstamos del banco y las señales de que los clientes todavía estaban pagando sus préstamos a tiempo. Las acciones del banco subieron más de un 2 por ciento en las operaciones matutinas del viernes.

Durante años, Wells ha sido conocido como una máquina de ganancias, basado en parte en su agresiva cultura de ventas. También fue uno de los mejores en el sector bancario en mantener sus gastos bajos.

Pero a medida que sus cuentas legales se acumulan y el banco gasta en publicidad para ganar de nuevo clientes escépticos, sus gastos también han aumentado.

La proporción de gastos de la compañía –los gastos del banco divididos por los ingresos– subió al 61 por ciento. Eso está fuera de su rango típico.

El presidente ejecutivo de Wells, Timothy J. Sloan, asumió dicho cargo en el cuarto trimestre mencionado tras la salida del líder histórico del banco, John G. Stumpf, quien fue derribado por el escándalo de las cuentas falsas.

En una conversación telefónica con analistas, ocurrida el viernes, Sloan dijo que otros signos indicaban un "punto de inflexión" en el cuarto trimestre para mejorar la percepción de los clientes sobre el banco. Advirtió que era demasiado pronto para determinar si la desaceleración en las aperturas de tarjetas de crédito y de cuentas corrientes perjudicarían la rentabilidad del banco.

En el corto plazo, sostuvo Sloan, el impacto en los ingresos de un crecimiento más lento de la cuenta minorista no ha sido significativo.

"Si bien tenemos más trabajo que hacer", expresó luego Sloan en un comunicado, "estoy orgulloso del esfuerzo de todo nuestro equipo para hacer las cosas bien para nuestros clientes y miembros del equipo y para seguir construyendo un Wells Fargo mejor para el futuro".

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