• Por Gabriela Rojas Teasdale (*)
  • @GabyTeasdale
  • Presidenta de la fundación Transformación Paraguay

Uno de los motivos que nos impulsaron a desarrollar primero nuestra escuela de coaching y luego la fundación Transformación Paraguay, fue la necesidad de trabajar la autoestima de nuestra población. No es novedad que histórica y culturalmente los paraguayos tenemos un déficit en ese aspecto y que, si queremos transformar nuestro país, debemos enfocarnos en superar las debilidades que nos identifican.

Por eso quise escribir sobre un concepto que cambió mi vida y puede cambiar la vida de cualquiera: el de la autodisciplina, la capacidad que tenemos de exigirnos a nosotros mismos para crecer y alcanzar el éxito.

En su libro "Sin Excusas!: el Poder de la Auto Disciplina", Brian Tracy nos habla sobre como logró trascender apoyándose en este criterio: se capacitó, puso en marcha varios negocios, se convirtió en entrenador, consultor, conferencista y escritor, siempre teniendo como apoyo la autodisciplina.

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  • El éxito solo es posible cuando dominamos nuestras emociones, apetitos e inclinaciones. Cuando no nos permitimos sucumbir ante el miedo y la inseguridad. Las personas que no pueden controlar sus emociones se vuelven débiles y vulnerables, y eso se convierte en un obstáculo para el cumplimiento de sus metas.

Cada día, cada minuto de ese día, libramos una batalla interna entre hacer lo que está bien, esforzándonos para lograrlo, y hacer lo que es fácil, nos entretiene o carece de valor. Es como la representación que vemos en algunos dibujos animados en la que un ángel y un demonio dan consejos antagónicos parados en los hombros del protagonista. Debemos enfrentar esa batalla y resistir si queremos lograr nuestros objetivos.

La autodisciplina implica no obtener una recompensa inmediata sino a largo plazo y eso es algo en lo que también nos urge empezar a trabajar: tener una perspectiva a futuro, convertirnos en "pensadores de largo aliento", mirar lo más lejos posible para determinar el tipo de persona que queremos ser. Esta práctica se aplica tanto para nuestro trabajo como para nuestra carrera profesional, nuestro matrimonio, nuestras relaciones y nuestra conducta personal.

Otro concepto del que suelo hablar bastante y que está enlazado con el de autodisciplina es el de autodominio. El éxito solo es posible cuando dominamos nuestras emociones, apetitos e inclinaciones. Cuando no nos permitimos sucumbir ante el miedo y la inseguridad. Las personas que no pueden controlar sus emociones se vuelven débiles y vulnerables, y eso se convierte en un obstáculo para el cumplimiento de sus metas.

Por eso, ahora que iniciamos un nuevo año con proyectos, reflexionemos sobre la autodisciplina y el autodominio, sobre como pueden ayudarnos en nuestro día a día. Porque definitivamente nuestro país necesita personas ambiciosas, que quieran hacer más y no se rindan. Personas que crean en sí mismas y en su capacidad de hacer realidad sus sueños.

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