• Por César Paredes
  • Directivo de Cadiem

El Presupuesto General de la Nación 2017 fue pensado durante 8 meses por el Poder Ejecutivo (ministerios, Poder Judicial, Congreso y empresas públicas, que tienen gente destinada a diseñarlo y ejecutarlo), que lo entregó al Congreso Nacional a fines de agosto.

La Comisión Bicameral de Presupuesto del Congreso estudió y discutió el proyecto durante más o menos 3 meses, para elevar una propuesta a las dos cámaras del Parlamento. Lo aprobó la Cámara de Diputados con algunos ajustes, así como la Cámara de Senadores, dándole suficientes toques para complicar la vida al Presidente, sus ministros y el Banco Central del Paraguay.

¿Crear dificultades para negociar facilidades? ¿O simplemente revancha política? Parece cualquiera de las dos cosas o ambas. Un golpe de derecha, que respondió el Presidente vetando el Presupuesto 2017 y sin que nadie entienda muy bien cómo arreglar el desastre, se ejecutará el Presupuesto del 2016. De la nada, se acabó la discusión porque parece que todos se fueron de vacaciones.

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Resumen 1. Año perdido para todos los que trabajaron en sus respectivos presupuestos y en el Presupuesto General de la Nación. La Bicameral tiene que replantearse su existencia.

Por otra parte, hay algo más serio. Esta trifulca política, sumada al tema de la reelección, que si sale va a salir forzando las vías legales, va a tener sus efectos a mediano plazo. Paraguay estaba a un paso de obtener el deseado grado de inversión, un nivel de riesgo que, entre otras cosas, permite que los fondos de inversión y de pensiones más grandes del mundo puedan invertir en nuestro país, a través de bonos públicos o privados, préstamos directos o cualquier tipo de financiamiento. Este financiamiento tiene un costo y ese costo está atado al riesgo. Es sabido que a menor riesgo, menores tasas.

Se preguntarán qué tiene que ver eso con la aprobación de nuestro Presupuesto General de la Nación, pues esa pulseada política, desnuda nuestra débil institucionalidad, lo que a mi criterio postergará la llegada al grado de inversión por 2 años más por lo menos, si no pasa nada más grave.

Resumen 2. Años perdidos y más intereses que pagar a causa de una disputa política.

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