Por Laura Morel

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Río Cuarto, Argentina.

Uno no paraba de sonreír, el otro intentaba secarse las lágrimas. Thomas Englert y Hans Thiede, dos alemanes de alma paraguaya cumplieron este sábado el sueño de todo piloto que desafía al Dakar: terminarlo.

Lo hicieron a duras penas, con apenas una hora y media de descanso entre la finalización de la Etapa 11 y el inicio de la 12, pero consiguieron el objetivo. A decir de Thomas Englert, no exactamente como lo había planeado: "Mi idea siempre fue no quedarme por el camino y llegar todos los días, lastimosamente no se dio el no quedar por el camino pero sí el llegar todos los días".

"Yo siempre tuve en mente que estas iban a ser doce segundas etapas del rally del Chaco con todos sus problemas, y ocurrió tal cual. Realmente no me sorprendió. Yo estaba preparado para asumir que esto se iba a venir y con esa tranquilidad pudimos resolver los problemas", agregó quien con el correr de los días y en la medida en que iban superando los inconvenientes fue mostrando mucha más confianza y optimismo.

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Sobre la maratónica jornada entre las dos últimas etapas, Englert comentó: "Estuvimos exactamente una hora y media en el campamento. Llegamos a las 6:30 y salimos otra vez a las 8:00, pero acá estamos y creo que merecidamente llegamos porque nunca nos rendimos. Sorteamos miles de problemas todos los días y nunca perdimos la tranquilidad y este es el premio".

La llamada

Al referirse a Hans Thiede y toda lo importante que fue en esta odisea, Englert resaltó que con sus conocimientos de mecánico "sabe como resolver los problemas". "Yo también, pero en conjunto se pueden resolver grandes cosas. En esto nos ayudamos siempre, tanto mecánicamente como en la navegación y cuando las papas quemaban nunca perdimos la calma, lo que creo que demuestra nuestra entereza para afrontar esta clase de problemas", agregó.

Luego, comentó como fue que se formó esta dupla que corrió con bandera alemana para la organización, pero con la bandera paraguaya en el pecho y en los colores de la camioneta.

"Yo le dije a Milciades (Fretes) 'me voy a tirar al pozo del Dakar' y lo de Hansi surgió muy rápido. Estaba camino a ¿Italia con mi hijo, rumbo al Mundial de Karting, y del aeropuerto le llamé y le dije 'Che alemán, ¿qué vas a a hacer en enero? Se rió y me dijo 'falta mucho todavía', porque era octubre. Entonces, le dije 'Vamos al Dakar'. '¡Ah! ¿Te querés ir?', me respondió. 'No, voy a correr el Dakar y quiero que corras conmigo', le contesté. 'Eeeh, y dejame pensar un poco', fue su respuesta. 'Yo ahora voy a Italia y cuando vuelva en 15 días te llamo y me decis sí o no', le dije. Al volver fue sí y ahora terminamos el Dakar juntos", rememoró entre risas Thomas Englert, feliz de haber tomado la decisión correcta.

Emocionado, Hans Thiede intentaba contener el llanto mientras recordaba lo vivido estas semanas. Foto: Laura Morel.[/caption]

Pura emoción

Tras escucharlo, el propio Hans Thiede confesó que "la verdad, nunca pensé que iba a correr el Dakar". "Cuando él me dijo eso yo primero no le di mucha bola. Después, dije 'él estará por volver, vamos a ver qué hago' y hablé con Pedro Fadul. Le dije '¿qué te parece esto? y él sin dudar me respondió 'Hacélo' y así me enganché", recordó.

Los ojos aún estaban húmedos por las lágrimas que intentaba contener. Al explicar el motivo, recordó las emociones que también le generan su amado rally del Chaco y comentó que, en el Dakar, "lo impresionante fue todas las vivencia que pasamos. La gente en Bolivia es algo increíble. Después, las aventuras que pasamos, los momentos críticos... y a mí me gusta la aventura".

Por último, Thiede manifestó que una vez cumplida oficialmente la Etapa 12, la última del Dakar, recordó a su familia, especialmente a sus hijos, "porque mi hija Andrea hizo el Ironman en Colombia y estaba muy feliz diciendo 'I am a finisher', y ahora yo también puedo decirlo".

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