Entrevista: Jazmín Gómez Fleitas
Fotografía y edición digital: Javier Valdez
Producción: Juan Ángel Monzón
La primera vez que vimos a Nico (36) en la televisión fue en el 2005, cuando con 21 años era uno de los protagonistas en Gonzalez vs Bonetti, telenovela dirigida por la dupla Maneglia-Schémbori. Lo cierto es que Nico siempre estuvo en constante coqueteo con la actuación desde que en el colegio, su profesora Clotilde Cabral, fuera su primer contacto con la interpretación.
"En el colegio ya me gustaba mucho la actuación, tenía una profesora copada que era Clotilde Cabral, pero en ese momento lo veía como algo que hacía en el colegio. Nunca pensé que podía llegar a ser una profesión", recuerda. De hecho, cuando Nico terminó la secundaria pasó por las carreras de Medicina, Derecho, Marketing y Publicidad; sin que ninguna lo conquistara.
Después de tantos saltos indecisos desde los 19, la aprobación de sus padres ya no fue ningún inconveniente. "Me enamoro totalmente como alumno de una profesora que me parece que es totalmente maravillosa: Tana Schémbori. Ella me enseñó un método genial de búsqueda, y ella era muy dulce, romántica y a la vez severa con lo que se buscaba en la interpretación. Nació un lazo muy fuerte con ella porque ella hizo que de verdad yo ame la interpretación de una forma que por ahí puede parecer medio boluda, medio careta, pero es mi estilo, y amo mi carrera".
Actor de cine, teatro y televisión, su motor en la actuación es la inquietud y la curiosidad: "La curiosidad es el eje de crecimiento del artista, no solamente para el actor sino para cualquier artista. Una curiosidad de seguir viendo, seguir aprendiendo nuevas cosas que te ayuden a que sigas en el camino y encuentres la manera de expresarte, de cómo quiero hacer o qué quiero mostrar. La curiosidad es mi motor número uno."
Lo que vivió
El 2016 fue, como él lo catalogó, el año de ver las cosas que hizo. Entre La Leona y la entrega de una película que se llama Amateur. Pero lo que le trajo aún más satisfacción fue En la soledad de los campos de algodón, la obra de teatro de Bernard-Marie Koltès que estrenó en Buenos Aires y con presentaciones también en Asunción. También recibió propuestas de proyectos teatrales en ambas capitales, con amigos y actores que respeta mucho, además de proyectos de cine de los cuales todavía no puede revelar nada. "Es sumamente tentador todo; pero antes de decidir voy a deliberar qué es lo que realmente tengo ganas de hacer y ojalá elija bien el camino", es lo único que adelanta.
Él no ve su carrera desde hasta dónde llegó, sino como lo que le está pasando. Confiesa que cuando arrancó en la profesión creía que "se las sabía todas, que podía ser esto y lo otro"; pero después se dio cuenta que el camino de la vida del actor "es sacrificado, muy solitario, y largo, porque nunca estás en un lugar de comodidad. Podés tener 55 años y cientos de películas encima, que de igual manera vas a tener que batallar por un papel y si no estás en estado, no te van a llamar. Los actores estamos preparados para el fracaso. Es una profesión sumamente cruel. Hoy yo no veo mi carrera como dónde estoy o lo que ya logré, sino que voy viendo lo que me pasa y trato de meterle buena onda a todo. Desde hacer fotos hasta doblar tela."
Y agrega: "La verdad es tener perseverancia. El camino del actor es tan propio. Es de cada uno. Competimos contra nosotros mismos para seguir creciendo y no hay una regla que te diga 'si ya hiciste cine ahora no hagas televisión, hiciste televisión ahora no hagas teatro'. Yo no lo veo así. No me educaron así. Mañana puede que no tenga trabajo en Buenos Aires y bueno, me voy a Alemania a ver qué pasa".
Sus métodos de ensayos tampoco siguen una estructura. Hubo ocasiones en las que para caracterizar a un personaje recurrió a la observación de personas reales, ya sea en la televisión o cercanas suyas, que tenían algún rasgo que podía incorporar al personaje. En cuanto a eso, ahora está investigando sobre tonalidades de voz. Para aprenderse los guiones hubo ocasiones en que se encerró en su casa como también, le dio por caminar en la ciudad repitiendo mentalmente las líneas: "Ahora que pienso, nunca fue igual mi método. Para esta última de Koltès, saqué todos los muebles y empapelé las paredes de la casa con el texto. Pensé que no me iba acordar nunca todo, ¡eran 17 monólogos!".
Lo que le gustaría vivir
Trabajando para la puesta en escena de En la soledad en los campos de algodón con Jorge Vitti y Marco Antonio Caponi le pasó algo que no se esperaba. "Ahora tengo ganas de hacer una obra de teatro durante todo el año, de martes a domingo, que tenga una exigencia actoral no solamente mía sino de todos mis compañeros, y que me guste tanto interpretarla como para hacerlo durante todo un año entero".
¿Por qué esas ganas? Porque no es lo que le pasa con el teatro, sino con algunas obras de teatro. "No hay nada que se asemeje al viaje teatral. Hay algo que pasa en el teatro, que no pasa ni en el cine ni en la televisión. Da gusto hacer tele, pero cuando hacés tele no podés hacer teatro y lo extrañás. La verdad es que ahora tengo ganas de hacer teatro porque mi experiencia con En la soledad de los campos de algodón fue genial", expresa.
En constante búsqueda de algún desafío actoral que lo haga "sentir vivo", le gusta explorar qué más puede hacer. También tiene muchas ganas de dirigir, de ser un director que trabaje de cerca con el actor. "Estoy escribiendo cosas para cine, televisión, son todos proyectos de los cuales no se pueden hablar porque se están gestando y desarrollando", resalta.
"Creo que el crecimiento viene con la edad", afirma y explica: "Del tiempo que te encontrás en el camino. Es imposible tener 14 años, hacer tu primera película y ya sos un genio. El crecimiento del artista se desarrolla con el tiempo, no con las críticas que recibe. Fijate en cómo hay muy pocos actores viejos que sean malos porque ya recorrieron muchísimo, se conocen. La actuación y el crecimiento del artista tiene que ver con un autoconocimiento, no es que aprendés de cosas de afuera, de cosas que te están diciendo; tiene que ver con conocerte y saber qué puede hacer tu cuerpo. El cuerpo para el actor es su instrumento, como un músico con la guitarra"
En cuanto a cómo elije los papeles que interpreta confiesa que es de los que creen que son los papeles los que lo elijen a uno. "Si hay papeles que te tocan una fibra emocional, los leés con otro cariño. La verdad, es que hay muy pocos personajes que rechacé en mi vida. Muy pocos que dije 'esto no hago ni en pedo'. Pero tengo mucha curiosidad, y ahora mismo estoy como muy romántico en mi vida. Me gustan todos los papeles que me llegan", comenta.
Y su curiosidad pasa por todos lados. "Quiero bailar, pintar, cantar. Uno de mis mejores amigos, Hugo Cataldo, pinta y yo me quedo como 'wow' cuando veo cómo hace eso con tanta facilidad. Me encantan las artes que yo no puedo luego hacer de ninguna forma", dice y se despide.
+INFO
A finales de febrero y comienzos de marzo, Nico García nos adelanta que Asunción tendrá un ciclo de cine de películas argentinas en las cuales trabajaron actores paraguayos. Para estar atentos.
Prendas: LA PERCHA