La venida a nuestro país del presidente boliviano Evo Morales, quien aprovechó la gran fiesta del Dakar que este año acoge Paraguay por primera vez para realizar una visita de Estado, ha dejado palpable la gran desidia que nuestra nación ha tenido por décadas con el gran pueblo hermano del norte.

Es verdad, siempre ha habido una desconfianza con aquel que en el pasado ha sabido ser un agresor. La historia nos enseña que hace más de ocho décadas se produjo una guerra –inevitable por los intereses– no buscada por el Paraguay, que ha causado profundas huellas en ambas naciones y con un costo altísimo en vidas y recursos.

La integración física con el hermano país del norte ha estado relegada por décadas. Olvidada durante los largos años del régimen estronista, la Región Occidental recién luego del advenimiento de la democracia ha podido capitalizar el arraigo y ha conseguido, en esporádicas y raleadas urbes habitadas por inmigrantes, afianzarse como potencial económico.

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Pero antes de esto, el Chaco paraguayo que es el territorio natural que nos comunica con Bolivia, no ha estado en el interés de las autoridades en profundizar su desarrollo. Salvo en localidades como Filadelfia, Loma Plata o Neuland, donde sí el trabajo de sus habitantes ha podido erigir la infraestructura adecuada para su desarrollo, los edificios, las escuelas y hospitales están ausentes en una región que ocupa el 60% del territorio nacional.

La historia, la misma que nos recuerda cada 12 de junio los horrores de la contienda del 32 al 35, también enseña que las grandes naciones aprenden de los aterradores conflictos para buscar el camino del progreso y del bienestar de sus habitantes. Y esa es la deuda –histórica– que recién hoy las autoridades de ambas naciones empiezan a revertir.

El presidente Horacio Cartes y su homólogo boliviano han estrechado las relaciones entre los dos países, en un aspecto que siempre es positivo, en el comercial. Los gobiernos de ambos países tienen la intención de fomentar la alianza energética y abrir por tanto el mercado de gas paraguayo a Bolivia, a través de la petrolera Yacimientos Petrolíferos de Bolivia (YPFB) y Petróleos Paraguayos (Petropar).

Estos acuerdos, embrionarios aún en su concepción pero que marcarán la hoja de ruta de los próximos años entre bolivianos y paraguayos, son necesarios no sólo por la conveniencia económica sino por su alto valor estratégico en las relaciones bilaterales entre Asunción y La Paz.

Además, los dos jefes de Estado firmaron también un memorándum de entendimiento para el proyecto del ferrocarril interoceánico, un megaproyecto que permitirá la salida al mar, en el Pacífico, a los dos países. Con una visión estratégica, la administración Cartes había dado un giro en su relación con el país del altiplano al buscar precios convenientes para el suministro de Gas Licuado de Petróleo (GLP) para el negocio minorista de la petrolera paraguaya.

Una alianza que no sólo ha permitido mejorar las relaciones entre Asunción y La Paz, sino abrir un nicho de negocios que posibilita a Petropar a mantener números positivos en cuanto a rentabilidad.

Estos acuerdos, embrionarios aún en su concepción pero que marcarán la hoja de ruta de los próximos años entre bolivianos y paraguayos, son necesarios no sólo por la conveniencia económica sino por su alto valor estratégico en las relaciones bilaterales entre Asunción y La Paz.

No es gratuita la afirmación que hiciera el propio Evo Morales, en conferencia de prensa conjunta con su homólogo paraguayo luego de la cita bilateral, que cuando los gobiernos de países vecinos se unen y se juntan para impulsar acuerdos recíprocos, "cuando hay participación de los estados y gobiernos el pueblo gana", resaltó el mandatario del país vecino, no sin un gran acierto: el pueblo se beneficia hoy de gas barato y accesible para todos.

Este acercamiento histórico entre ambas naciones, enemigas en un tramo breve del pasado, da muestra del enorme interés de revertir décadas de olvido, de relegamiento y de desidia de las autoridades. Quizás ahora, con la apertura mostrada tanto por Cartes y por Morales, Bolivia y Paraguay puedan concretar una real integración.

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