El equipo internacional dirigido por la antropóloga francesa Hélène Rougier, de la California State University Northridge (EEUU), logró demostrar que en Goyet el hombre de Neandertal era antropófago.

Varios huesos humanos que pertenecieron a seis individuos (un recién nacido, un niño y cuatro adultos o adolescentes) tienen signos de que fueron cortados "para desarticularlos y sacar la carne", explica Christian Casseyas.

"De la misma manera que rompían los huesos de los renos y de los caballos que encontramos en la entrada de la cueva, rompieron los huesos humanos para sacarles la médula", añade el arqueólogo, que acompaña a los turistas que visitan Goyet.

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Hélène Rougier confirmó a la AFP que "algunos neandertales murieron y fueron comidos aquí", la primera constatación de este fenómeno en el norte de Europa.

Su estudio sobre la cueva belga fue publicado en julio por Scientific Reports, una publicación del grupo Nature. "Algunos de los huesos sirvieron además de herramientas", señala Rougier.

Sin embargo, las razones de este canibalismo y hasta qué punto estaba extendido siguen siendo un misterio. "Quizás era solo para alimentarse pero podría ser también simbólico. Las hipótesis están abiertas", dice Rougier.

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