El déficit acumulado fue de G. 2,3 billones. Eso representa el 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB) y demuestra que se puede conseguir el objetivo de la LRF en la ejecución del PGN 2016. Asimismo, se tuvo un superávit operativo de G. 2,2 billones, lo que representaría 1,4% del PIB y constituye el mejor resultado del último quinquenio.
Inversión es superior al déficit
El déficit está explicado íntegramente por la inversión pública y no así como en gestiones anteriores netamente por el gasto público. El monto en inversión registró un significativo aumento del 20,4% nominal llegando al 2,9% del PIB. La ejecución de inversiones del Ministerio de Obras Públicas llegó a los US$ 482 millones en el 2016, cerrando el trienio 2014-16 con un incremento del 143% en la ejecución, en relación al trienio anterior.
Dado el crecimiento de la inversión, esto indica que hay un cambio en la estructura del gasto que es muy importante, lo cual es claramente positivo y expansivo para la economía, puesto que el efecto multiplicador sobre el crecimiento será positivo con el mayor gasto de capital y el menor gasto corriente.
Los ingresos tributarios registraron un crecimiento del 7,7% nominal, con lo cual la relación de ingresos tributarios al PIB quedaría en 12,6%. De acuerdo con los datos de la Dirección del Tesoro Público, la recaudación de la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) registró un crecimiento del 14,8% nominal y de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) una caída del 1,3%.
SET
El crecimiento de la SET se explica por las mejoras en la eficiencia administrativa, lo que anticipa una posible reducción de la evasión, mientras que en el caso de la DNA la contracción del volumen de comercio exterior y la caída de precios internacionales fueron factores que afectaron negativamente la recaudación.
El 2016 demostró un manejo prudente del gasto público, puesto que se tuvo un crecimiento nominal del 3,3%. En particular, el gasto salarial tuvo una variación nominal nula, con una caída histórica en términos reales del 4%. De hecho, la carga de los salarios sobre los ingresos tributarios se ha reducido al 74% en el 2016, por debajo del 80% registrado en el 2015.