El primero de los dos rodillos confiscados en San Antonio del poder de una fracción del cártel mexicano de Sinaloa pudo finalmente ser abierto. Las autoridades sospechan que iban a ser usados para el narcotráfico.
Luego de dos horas de intenso trabajo se logró inspeccionar el interior de uno de los rodillos, el de mayor volumen, de 12 metros de largo. A través de un boquete abierto, las autoridades comprobaron que nada había en su interior.
Luego se trabajó en el más pequeño para descartar o confirmar la hipótesis de los investigadores: que el cártel emplearía dicha maquinaria para exportar cocaína a Europa. Los dos equipos formarían parte de un mecanismo para molienda de caña dulce y llegaron a Paraguay provenientes de Veracruz, México. Fueron comprados en Estados Unidos y su destino final era Holanda.
Las pesquisas señalan que en la base creada en San Antonio, departamento Central, se cargaría dicha maquinaria con cocaína, cuyo precio es altísimo en países europeos. Los narcotraficantes pretendían instalarse en Paraguay como consecuencia de los últimos envíos frustrados de estupefacientes al Viejo Continente.
ANTECEDENTES
Un esquema de tráfico transnacional de cocaína, que según los datos de inteligencia de la Senad, operaba bajo las órdenes de cártel mexicano de Sinaloa, tenía como base de operaciones una propiedad ubicada sobre la calle Von Polesky de Villa Elisa. Unos 308 kilos de la droga fueron descubiertos en el lugar y quedaron detenidas 6 personas, entre mexicanos y paraguayos.
Los capturados fueron el líder de la estructura, Jimmy Wayne Galliel (mexicano), Martin Manuel Huerta (mexicano) y el paraguayo Patricio Mario Fernández. También Armando Carrillo (mexicano), Marcos Antonio Castro (mexicano) y Pablo Eliseo Brítez Núñez (paraguayo).
Desde el ingreso a territorio paraguayo, Wayne Galliel se alojó en un hotel de cinco estrellas de la capital, en tanto que sus tres cómplices en un hostal ubicado frente mismo a la sede de la Fiscalía de San Lorenzo.
Al mismo tiempo alquilaron una residencia de dos pisos y de amplias habitaciones, en la avenida Von Polesky, en Villa Elisa, a una cuadra de la avenida Defensores del Chaco, sitio que iban a usar como una base de operaciones y lugar de acopio de la droga.