Washington, Estados Unidos | AFP.

Con sus multas de miles de millones de dólares, Estados Unidos se plantó como un intransigente gendarme de las multinacionales dentro o fuera de su territorio en contraste con la relativa inercia europea.

Gigantes bancarios como el alemán Deutsche Bank y el suizo Credit fueron la semana pasada alcanzados por el imperio de la "Lex Estadounidenses" por haber vendido créditos inmobiliarios "tóxicos" que desataron la crisis financiera del 2008-2009. El Deutsche Bank deberá pagar 7.200 millones de dólares y su competidor suizo 5.300 millones para saldar demandas y evitar procesos en EEUU. Estados Unidos ya había tomado medidas similares contra potencias bancarias nacionales: JPMorgan Chase, Citigroup, Morgan Stanley y Bank of America pagaron en total 40.000 millones de dólares para resolver pleitos por sus operaciones con los préstamos tóxicos.

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"Hay un cierto fundamentalismo de la ley en EEUU. Cuando se viola le ley, la sanción cae", dijo a la AFP Nicolás Véron, experto de un centro europeo de estudios (Bruegel) y estadounidenses (Peterson Institute).

El Reino Unido ha impuesto sanciones por la manipulación de la tasa Libor pero medidas similares son raras en el resto de Europa. "No es tanto una diferencia en las reglas sino en cómo son aplicadas. Es mucho más duro en EEUU", afirmó Véron quien considera que los países europeos "no se atreven" a enfrentar a los grandes grupos económicos de sus países.

El marco legal estadounidense le da a Washington la potestad de extender su brazo judicial fuera de sus fronteras.

La constructora brasileña Odebrecht, eje de un gigantesco sistema de corrupción en su país, fue obligada la semana pasada a pagar US$ 2.600 millones por su red internacional de sobornos que además de Brasil incluía a más de una decena de países.

La extraterritorialidad de la ley estadounidense

¿Porqué ocurre esto? Porque EEUU tiene una ley de 1977 que le permite sancionar empresas cuando cotizan en Wall Street o cuando sus transacciones ilegales pasan por el circuito financiero estadounidense. Esa extraterritorialidad, que no tiene equivalente en Europa, le da a EEUU un papel de gendarme contra la corrupción mundial y le da pie para afirmar su influencia geopolítica.

El escándalo de los motores trucados del gigante alemán Volkswagen (VW) mostró la fuerza del sistema judicial estadounidense y su capacidad de enfrentar a grandes corporaciones. Para indemnizar a los dueños de los autos y reparar los daños al medio ambiente, VW deberá pagar más de US$ 15.000 millones y deberá reservar al menos un par de miles de millones más para hacerse cargo de demandas civiles.

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