La apuesta "diferente" por el DT venezolano César Farías resultó un fiasco. Cerca de 20 refuerzos que no funcionaron para un proyecto ambicioso, que incluyó la improvisación como manager de Pedro Aldave, representante de jugadores.
Al borde de la eliminación de la Copa Libertadores en primera etapa, César Farías fue sacado. Asumió Gustavo Morínigo como DT, quien en un discurso elevado "prometió la final de la Libertadores", donde había llegado con Nacional en el 2014.
Lo de Gustavo Morínigo terminó siendo "perdida de tiempo" para Cerro Porteño. Fue cesado luego del segundo partido del Clausura cuando el equipo tenía un punto de seis posibles. Morínigo había comandado la pretemporada a mitad de año, pero no resistió.
Gustavo Florentín, hombre de la casa, apareció otra vez en escena. Interino primero, fue confirmado casi de inmediato como timón. Cerro comenzó "silencioso" su participación en la Copa Sudamericana. Paso a paso fue avanzando y entusiasmando con la posibilidad de llegar al título, ya instalado en la semifinal. Un doble empate frente al Atlético Nacional de Medellín, vigente campeón de la Libertadores, otra vez dejó al Ciclón en las puertas de una final.