Aunque la televisión está en plena transformación, las "sitcoms", series cómicas cuyo formato casi no ha cambiado en 70 años, funcionan sin problemas en Estados Unidos. Eso sucede con "The Big Bang Theory", el programa no deportivo más mirado en la temporada pasada.
Están lejos de los muertos vivos de "Walking Dead", las luchas de poder de "Juego de Tronos" y las series dramáticas más sofisticadas. Pero la "situational comedy" o comedia de situaciones sigue tirando de manera exitosa de los viejos hilos. Tiene personajes y escenografías recurrentes, y situaciones graciosas marcadas por sonoras risotadas de fondo.
Además de "The Big Bang Theory", series como "Modern Family", "The Goldbergs" y "Black-ish" son renovadas temporada tras temporada por las grandes cadenas estadounidenses.
Este otoño boreal, muchas nuevas sitcoms desembarcaron en la pequeña pantalla. Están lideradas por "Kevin Can Wait" y "Man With a Plan".
Sitcoms, reflejo de lo cotidiano
"El género avanza bien y espero que así sea durante un buen tiempo". Así lo explica Martie Cook, profesora de guión para televisión y cine del Emerson College.
Para ella, esta longevidad se debe sobre todo a que los dos grandes resortes de las sitcoms siguen siendo eficaces en la sociedad actual: lo cómico y las "historias que se parecen mucho a nuestras vidas cotidianas". Están articuladas en torno a una familia, sea biológica, recompuesta o incluso sin lazos de parentesco.
Para Doug Smart, director y productor que filma cada año una sitcom con estudiantes de la universidad de Asbury, "el truco es crear miembros de esta familia que evoquen alguna cosa en los telespectadores". Ese personaje puede ser un viejo tío o de un colega del trabajo.
Reunión familiar
Se multiplican los soportes de video, sobre todo por la emergencia del teléfono inteligente, y la producción de programas destinados a nichos de audiencia. Pero la sitcom conserva una función casi en desuso: reunir a la familia en torno a una sola pantalla.
"Son esos 30 minutos o esa hora en la que puedes sentarte con los niños". Así lo observa Candace Cameron Bure, heroína de la serie "Fuller House" en Netflix.
Incluso los jóvenes "millenials" lo piden, Están seducidos en parte por episodios cortos, de apenas media hora.
"Adoran quizás lo imaginario, a la manera de un 'Juego de Tronos', y el drama, pero les gusta que la comedia sea más cercana a la realidad, con situaciones de la vida cotidiana", observa Smart.
Otra clave del éxito de las sitcoms: te relaja.
"Nos sentamos", dice Martie Cook. "Cortamos con el estrés de nuestra existencia. Y nos reímos".
"A veces solo quiero sentarme y reírme de cualquier cosa. No quiero pensar demasiado. Y eso es de hecho el credo de 'Fuller House'", reconoce Candace Cameron Bure, personaje central de esta serie, en una entrevista con periodistas en Nueva York.
Netflix se suma
Prueba de la durabilidad del formato, la serie 'Fuller House' fue creada por la plataforma en línea Netflix, que durante mucho tiempo permaneció alejada del género.
Una de las pocas evoluciones del concepto ha sido que las risas que acompañan los momentos cómicos no son más pregrabadas. El famoso "laugh track" caricatural ahora proviene de un público verdadero.
Actores y guionistas subrayan que detrás de la aparente rutina, el ejercicio del sitcom no es nada fácil.
"Te puede hacer daño al ego cuando no funciona" y el público no se ríe. Eso lanza Justina Machado, heroína de "One Day at a Time". La sitcom de Netflix será lanzada en enero.
Cuestionan a la sociedad
Bajo la apariencia de superficialidad, Martie Cook recuerda también que las sitcoms también cuestionan muchas veces la sociedad estadounidense.
Seis años antes de la legalización del casamiento gay en Estados Unidos, "Modern Family" eligió entre los personajes de su "familia" a dos hombres que eran pareja hace tiempo. Mitchell y Cameron eran padres de un niño adoptado.
En febrero pasado, un episodio de "Black-ish" abordó frontalmente la cuestión de la brutalidad policial contra los negros.
"Cuando uno habla de manera cómica", analiza Cook, "las personas están más dispuestas a escuchar". "Esto no implica quizás ningún cambio directo", explica Smart, "pero a lo largo del tiempo, atrae la atención de los telespectadores" hacia ciertos temas.