El centro de estudios Investigación para el Desarrollo ha concluido con éxito su investigación relacionada a los accidentes de tránsito producidos en el año 2015 y que fueron atendidos por el Hospital del Trauma -ex Centro de Emergencias Médicas-.

Este estudio se enmarcó en el proyecto PRO CIENCIA del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

Del total de las víctimas, sólo el 8% contaba con seguro médico. En referencia a la tipología de los accidentes, el 33% de estos fueron entre auto y motocicletas. Además, el mismo porcentaje ocupan aquellos casos en los que uno de los implicados fueron árboles, paredes o animales.

En el período de la recuperación del accidentado, el estudio indica que los 40 casos tuvieron un tiempo de entre 1 a 3 meses. En este lapso, los miembros del núcleo familiar eran los principales financiadores de la recuperación.

Igualmente, en un mismo porcentaje, aquellos casos que recibieron ayuda solidaria o realizaron algún préstamo monetario, están con un promedio de gastos de G. 2.548.182.

Menciona -además- que posterior al accidente, el 33% de las familias disminuyó la cantidad de sus miembros y el 17% realizó una incorporación, para cuidar y contener a la víctima del accidente.

El 58% de los accidentados no volvió a realizar actividades laborales remunerativas y los restantes no volvieron a desempeñarse en las áreas de trabajo a las que pertenecían antes del accidente.

El gasto promedio en este período fue de G. 13.005.000 -también- financiados por el grupo familiar y solidario de sus vecinos, según los datos recolectados a través de la citada investigación.

Seguidamente, el estudio indica que son estimados tres niveles de impacto psicosocial:

1. El primero, considerando a la persona víctima del accidente, plantea las principales secuelas físicas y los sentimientos generados por estas.
2. En el segundo nivel se encuentra la familia, que a causa del accidente deben reorganizar sus quehaceres y asumir nuevos roles, a fin de contener a la víctima.
3. El entorno inmediato de la víctima, ya sean amigos, vecinos, institución educativa y ámbito laboral, quienes colaboran y realizan algún tipo de actividad solidaria para reunir fondos y colaborar con la recuperación de la víctima.