El Ministerio Público actualmente se encuentra investigando los destinos de origen y finales del cargamento de sal con niveles de arsénico fuera de lo normal. Si bien una importante cantidad fue retenida antes de su comercialización, no se sabe si otro lote ya fue vendido a las diferentes fraccionadoras del país, y esta a su vez, a los puntos de expendio del producto de consumo masivo.
Así lo confirmó la agente fiscal de la Unidad Especializada en la lucha contra el Contrabando, Carmen Gubetich, a La Nación. Agregó que el cargamento de sal -aproximadamente 5 mil bolsas- es importada de Argentina pero aún no se sabe con exactitud de qué empresa o distribuidora.
Durante el fin de semana, saltaron muchos nombres de algunas empresas paraguayas locales que supuestamente ya comercializan el producto bajo sus respectivas marcas. Sin embargo, Gubetich aclaró que todavía no determinaron ni siquiera si el producto alterado salió del depósito en cuestión y por ende, las advertencias realizadas son totalmente falsas.
Recordó Gubetich que el proceso de importación está permitido, ya que nuestro país no produce, siempre y cuando se realice bajos los controles y estándares establecidos por el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN).
La fiscala Gubetich imputó el sábado a Luis Alberto Guerreros Larrea y a otros supuestos implicados en los hechos punibles de contrabando y comercialización de alimentos nocivos. La causa está a cargo del juez Humberto Otazú, del Juzgado Penal de Garantías en Delitos Económicos.
Dudoso cargamento
El procesamiento se dio a raíz de una intervención que tuvo lugar el pasado jueves, en un depósito de la empresa denominada "Besal S.R.L", en Asunción. En ese lugar se incautaron de bolsas de sal de 50 kilogramos de las marcas "Blanquita", "Tresal" y "Sal Yodada", presuntamente ingresadas al país de espaldas al fisco, y de dudosa calidad para el consumo.
La fiscala Gubetich ordenó la detención del propietario Luis Alberto Guerrero y requirió al Juzgado Penal de Garantías la prisión del mismo. Igualmente, fue detenida Norberta Castro Martínez.
Si bien el depósito tenía la habilitación correspondiente, el cargamento no contaba con los requisitos de calidad necesarios para su importación legal. El producto tendría un alto porcentaje de metales pesados, entre ellos arsénico, por lo que es peligroso para el consumo y para la salud, atendiendo la nocividad del mismo. Según los datos, varias de las bolsas eran recargadas para su posterior comercialización. Todo lo incautado se trasladó a un depósito a cargo de Aduanas.