- Por la Lic. Emma Paoli
- Magister en Evaluación y Planeación Educativa
El título de nuestro comentario es muy ambicioso. Si la sociedad paraguaya lograra un cambio del pensamiento, podríamos ahorrarnos tantos esfuerzos inútiles y sin sentido.
Como educadora, siempre me he planteado la misión tan trascendental que tenemos en este campo; quién y en qué nivel se iniciaría.
Estoy convencida de que es el docente el nivel máximo de la educación, como son las universidades, en donde se debe indicar ese cambio de pensamiento para así llegar al cambio del concepto y luego la acción.
Al hablar de una "sociedad del conocimiento" nos preguntamos ¿De qué tipo de conocimiento?, ¿de qué pensamiento deriva ese conocimiento? y ¿cómo se bajaría a la razón ese pensamiento y a la vez a la acción?
Hoy estamos viviendo transformaciones a nivel local y global, esto hace que nuestra sociedad sea diferente de las que nos antecedieron, siendo clave la vinculación del conocimiento y el pensamiento con el desarrollo económico y social.
Tezanos nos dice: "La crisis de lo viejo anticipa a lo nuevo", entonces a qué llamamos nuevo? Diríamos que lo nuevo es esa capacidad humana que nos hace diferentes de los otros seres vivos.
Entonces en nosotros se encuentra lo nuevo, en los niños, en los jóvenes y todo aquel que desea mantenerse en el continuo hacer, todos ellos llenos de potencialidades, las cuales irán afrontando múltiples, rápidos, diversos cambios y adaptaciones.
¿Pero cuáles serán los desafíos? Cómo primer desafío: la nueva forma de ver la vida correspondería a una sociedad con pensamientos innovadores, basados en el conocimiento continuo. El segundo desafío: la nueva expansión del conocimiento a través de la tecnología y su reestructuración conceptual y operacional.
André Gorz intuye que es de vital importancia caminar hacia un tercer desafío y nos habla de adoptar un concepto multipolar de nuestra propia vida social, y conjugar las necesidades del trabajo con las de la vida.
Es así que todos estos desafíos son con los que deberíamos iniciar a hacer cuentas sólidas, siendo esta una realidad en la que no deberíamos quedar rezagados, y si nos impele un cambio radical de pensamiento que estarían involucrados diferentes estamentos, como son las políticas públicas, el ámbito económico, educativo, social, cultural, de salud y medioambiente.
Además, sostiene Ulrich Beck, que el fin de la sociedad laboral y el proceso de sustitución de los hombres por máquinas, no tiene porqué desembocar en catástrofes sociales, sino tendría que ser todo lo contrario, ya que solo se transfiere a las máquinas todos los elementos pasivos y sin embargo estarán las fuerzas creadoras humanas para acometer punto a punto grandes cuestiones.
Por lo tanto, la discusión sobre las nuevas condiciones de la fuerza laboral que requiere el mercado, así como los cambios organizacionales y la influencia de la tecnología en el sistema productivo y lo que esto implica para los trabajadores de nuestra región, son tareas