En su intervención en la apertura del nuevo Museo del Dinero, el presidente del Bundesbanck, banco señero que ha marcado la ruta de la independencia administrativa del dinero público sin que los políticos puedan meter fácilmente la mano en la lata o, a veces más grave, meter la pata en la lata y tomar decisiones políticas de altísimo riesgo para la economía, tanto la del país, como la del ciudadano; el presidente comenzó contando de dónde viene la palabra museo: "museo viene del griego antiguo y significa el templo de las musas, santuario de las diosas del arte, la cultura y la ciencia".

Es decir, más que nada un lugar para desburrarse un poco; y se preguntó antes de que lo hiciera la audiencia, por qué el Bundesbank mantiene un museo; nuestro museo del dinero no se limita a emitir monedas históricas. Y no es un museo sobre la historia del Bundesbank.

"Queremos que nuestro museo sobre la historia del sistema monetario muestre el trabajo de los bancos centrales y la importancia de la estabilidad de precios. Nuestro museo del dinero es a la vez histórico y educativo… el museo del dinero es ahora de vuelta un lugar central de nuestras actividades de educación económica.

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Queremos informar de la historia y las tareas de los bancos centrales modernos. Un banco central orientado hacia la estabilidad de hecho tiene un interés personal en asegurar que la población tiene, no sólo una idea abstracta de la estabilidad monetaria, sino también los beneficios concretos que el dinero estable aprecia… fijar el precio de la estabilidad política monetaria crea confianza.

Y la confianza del público en nuestro trabajo para la estabilidad de precios es la base para el apoyo que nos gusta y que es tan importante para nuestro trabajo. La confianza es el verdadero capital de un banco central".

"Hemos hecho el rediseño del museo guiados por la creencia de que los conceptos abstractos como 'estabilidad de precios' y 'estabilidad financiera' son más comprensibles cuando los presentamos a nuestros visitantes en su vida real…".

  • “La historia del dinero es una historia de inflación, deflación y crisis bancarias. Con el tiempo, el banco central moderno ha evolucionado en respuesta a estos problemas”.

Vale la pena hacer la referencia en este momento en que el presupuesto aprobado por el Senado ha atado de manos al Banco Central del Paraguay para mantener la estabilidad de la moneda y el peor flagelo económico para las clases populares: la inflación; la terrible constatación de que el dinero honradamente ganado con el sudor de la frente, mañana no tenga el valor del día en que se concretó el precio del trabajo, sino mucho menor; condenar a gran parte de la población a trabajar para empobrecerse en vez de para mejorar su nivel del vida.

La mayoría de los economistas serios opina que tanto la limitación del BCP como la del Gobierno para pagar sus deudas puede producir consecuencias tremendamente negativas para el Estado, envidiable en nuestra región, de país con economía estable y confiable que se ha ganado con seriedad administrativa de los recursos públicos. Se agrava el tema con el cambio en la política monetaria norteamericana que se viene sintiendo ya mundialmente.

Es evidente que la Comisión de Hacienda del Senado no ha pensado en términos económicos, sino políticos, poniendo en peligro la estabilidad y el actual proceso de crecimiento económico. Lástima que los senadores hayan "devaluado" en nuestro país el valor de la independencia que los bancos centrales tienen en el mundo moderno y próspero para evitar las catástrofes que producía en la economía la improvisación. Lástima que no se hayan dado una vuelta por el museo del banco alemán. Encontrarse con la historia, aunque no siempre acorta las orejas, puede ayudar a abrir los ojos.

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