El respeto debe ser siempre la base de cualquier tipo de discusión. No será posible llegar nunca a buen puerto si en nombre de las creencias, sean estas políticas, religiosas o de cualquier otro tipo, se pretende prevalecer la agresión antes que la argumentación en el debate. Se suele decir que los que agreden, generalmente, son los que no tienen argumentos válidos para sostener su teoría.

El país está viviendo un momento en el que en el círculo político se debate un tema que no es nuevo y la discusión se presenta en algunos sectores con un clima de violencia, tratando de imponer las posturas e interpretaciones, incluso jurídicas, a cualquier costo.

Las instituciones del Estado tienen funciones específicas y todas aquellas cuestiones que no logren una interpretación única deben ser resueltas en los ámbitos que correspondan. Así establecen las leyes en nuestro país y en cualquier otra parte del mundo.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Pero al margen de este debate más político que jurídico, es necesario analizar el clima que se está generando, y en ese contexto destacar el pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) sobre el momento actual.

En un comunicado dado a conocer por los obispos se sostiene que los representantes de la Iglesia acompañan "este preciso momento de la democracia en nuestro afecto hacia todos". En este punto, es plausible rescatar la visión de la CEP sobre la realidad del país, mencionando que el Paraguay vive en democracia, y no en una "dictadura" como algunos sectores políticos quieren instalar en el pensamiento colectivo.

Los obispos instaron a "mantener la paz por encima de las actuales controversias", siendo este el llamado más importante, porque, a pesar de existir diversas posturas sobre un mismo tema, debe primar la tranquilidad, la paz y el debate serio sin violencia.

La CEP sostiene, además, que las posibles modificaciones que se puedan introducir en la Constitución Nacional "deben generar un amplio consenso y pacto sociopolítico" y que "éste debe madurar en la perspectiva de principios y prioridades que rigen la convivencia, asegurando ese orden de derecho que busca el bienestar de todos sin excepción, protegiendo y promoviendo la justicia, concordia y participación ciudadana".

Como institución de indudable peso en nuestra República, el comunicado de los religiosos pone de manifiesto que en los momentos álgidos debe aflorar la concordia, el consenso y el diálogo y no imponerse la división o la desavenencia entre los paraguayos.

La Iglesia, conocedora de los problemas que aquejan a nuestra nación, recuerda que en un contexto político como el nuestro es indispensable promover la discusión, buscar consensos y poner en los primeros lugares a la justicia y la participación de la gente en las decisiones.

"Exhortamos a nuestras autoridades y a la ciudadanía a que pongan el máximo empeño en observar el respeto irrestricto de la Constitución Nacional", expresa igualmente el comunicado de la CEP. Es de considerar en este punto que desde los dos sectores enfrentados en un debate político-jurídico se sostiene que la Carta Magna no puede ser violentada y que debe ser protegida. Precisamente este es un aspecto que debe de ser considerado en el marco de una discusión sin agresiones y permitiendo escuchar todas las voces.

Como corresponde, dentro de un marco amplio y plural de participación, la CEP pidió, igualmente, a los medios de comunicación, organizaciones sociales, partidos, movimientos y dirigentes políticos enseñar con claridad y caridad sobre la prelación o la jerarquía de las leyes para que sean conocidas y reconocidas por todos. Este es un papel importante que no puede ser desconocido por nadie.

"Esto nos exige preservar la sensibilidad por el bien común, para protegernos de la arbitrariedad de intereses particulares y para construir un espacio de paz donde podemos brindar una mejor atención al necesitado y generar una cultura atenta y ocupada en la misericordia", expresa el comunicado, destacando que lo que debe primar es el sentido del interés general.

Finalmente, los obispos se ponen a disposición "para promover, dialogando, espacios de reflexión, análisis y respeto fraternos", una posibilidad que debe ser analizada por los sectores políticos, considerando que la Iglesia siempre fue una exitosa mediadora en discusiones políticas en otras épocas.

Como institución de indudable peso en nuestra República, el comunicado de los religiosos pone de manifiesto que en los momentos álgidos debe aflorar la concordia, el consenso y el diálogo y no imponerse la división o la desavenencia entre los paraguayos.

Dejanos tu comentario