Pekín, China. AFP.
Desde principios de mes Trump ha multiplicado las declaraciones que comprometen las relaciones de Washington con Pekín.
El gigante asiático pareció acoger con benevolencia su elección el pasado 8 de noviembre y, de hecho, en un primer momento centró sus dardos en Taiwán excusando al millonario por su "inexperiencia" diplomática... Hasta este lunes.
"La cuestión de Taiwán afecta a la soberanía y la integridad territorial de China. Está ligada a los intereses fundamentales de China. El respeto del principio de una sola China es el zócalo del desarrollo de las relaciones sinoestadounidenses", recordó Geng.
Pekín impone el reconocimiento de este principio a todo país con el que mantiene relaciones diplomáticas. Esa fórmula impide cualquier independencia formal de la isla de Taiwán, separada políticamente del continente desde 1949 y que Pekín desea unificar con el resto de China. El nombre oficial de Taiwán sigue siendo "República de China". "No entiendo por qué debemos estar ligados a la política de una sola China, salvo que lleguemos a un acuerdo para obtener otras cosas, incluso en el comercio", había Trump el domingo. El presidente electo ya había omitido el principio de "una sola China" a inicios de diciembre al responder a una llamada telefónica de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, para disgusto del gobierno chino.
La cuestión taiwanesa no es la única que enfrenta al nuevo presidente estadounidense con el gigante asiático. El domingo, Trump se despachó contra Pekín, acusándola de devaluar su moneda para favorecer sus exportaciones, de construir una "enorme fortaleza" en el mar de China meridional.
Adiós a la cooperación bilateral
Con sus declaraciones, Trump rompe con la línea de conducta seguida por los presidentes estadounidenses desde el establecimiento de relaciones diplomáticas con Pekín en 1979, consistente en no mantener relaciones oficiales con la isla, lo cual nunca ha impedido a Washington venderle armas.
Si EEUU rompe ese compromiso, "no habrá más crecimiento sano y regular de las relaciones sinoestadounidenses ni de la cooperación bilateral en ámbitos importantes", advirtió el portavoz del ministerio chino de Exteriores.
Como haciéndose eco, la prensa china amenazaba al futuro anfitrión de la Casa Blanca. Si el próximo presidente apoya abiertamente la independencia de Taiwán y aumenta la venta de armas a la isla, Pekín podría empezar a "vender secretamente armas" a "fuerzas hostiles a EEUU", advertía el diario nacionalista Global Times.