La festividad de Caacupé ratificó de nuevo el gran sentido religioso y mariano del pueblo paraguayo. Miles de peregrinos volvieron a llegar a la Villa Serrana para honrar a la Virgen de los Milagros, en un aniversario que tuvo como uno de sus hechos más resaltantes la presencia de un enviado del papa Francisco, como lo fue el cardenal Luis Héctor Villalba.

El representante del Santo Padre, quien no ahondó sobre los temas sociales y denuncias de abusos en nuestro país, centró su homilía en la necesidad de seguir a Jesús y resaltó la figura de María como modelo de vida, dando un toque estrictamente religioso a la celebración eucarística.

Villalba instó a los jóvenes en la búsqueda de Jesús y a tener a la Virgen María como protectora y modelo a seguir. La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), por su parte, exhortó a las nuevas generaciones a "comprometerse con el país" y buscar las "profundas transformaciones que solo pueden surgir de un amor entregado sin condiciones".

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El mal clima que incluyó lluvias entre la noche del 7 y la madrugada del domingo fue atenuante para que la cantidad de peregrinantes sea menor que años anteriores. Se espera que este fin de semana, de nuevo la gente se vuelque a Caacupé, especialmente para mañana.

La festividad religiosa también estuvo marcada por una reducción en las ventas en las inmediaciones de la basílica, ningún grave caso de accidente y, como siempre, una gran cantidad de atendidos por los puestos de Salud.

La juventud fue el tema principal del novenario y naturalmente también en la misa central. Los jóvenes habían lanzado duras críticas a la Iglesia durante la peregrinación juvenil, lo que fue respondido por la CEP con una carta en la que los obispos calificaron a la juventud como "la primavera de la Iglesia".

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