Mercedes Lacoviello, experta en gestión pública y coautora de la Guía Referencial Iberoamericana de Competencias Laborales, estuvo en nuestro país en el marco de un seminario taller organizado por la Secretaría de la Función Pública (SFP).
Más de 200 representantes de las Unidades de Gestión y Desarrollo de Personas (UGDP o RRHH) del Estado fueron capacitados por Lacoviello durante el taller. En el mismo se trataron las prácticas de aplicación de la guía estratégica para la gestión por competencias.
Asimismo, la especialista mencionó que los directivos competentes y comprometidos en las instituciones públicas sirven como herramientas para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Este factor, de ser logrado, generaría un efecto cascada positivo dentro de la institución y se propagaría a los colaboradores.
"Las Cartas Iberoamericanas plantean un nuevo modo de la gestión pública que tiene que ver con la calidad de la gestión, obtención de resultados, participación ciudadana y profesionalización. Para que todo eso se haga realidad, es imperativo que haya directivos con competencias necesarias para sostener los procesos cuidadosos, y los bienes y servicios, como la ciudadanía requiere", añadió.
En cuanto a la Guía Referencial Iberoamericana de Competencias Laborales, explicó que la misma plantea anticipar los procesos. Así, mediante su aplicación, se puede imaginar cómo serán las decisiones que va a tomar la persona, cómo será el trabajo cotidiano y, en función de esos datos, hacer el reclutamiento y la evaluación del desempeño de los funcionarios públicos. Las competencias requeridas para el sector público son un conjunto de habilidades, conocimientos, actitudes y valores que debe reunir una persona.
A partir de la guía, cada institución debe desarrollar un Diccionario de Competencias, que es como un catálogo de competencias requeridas en el que consten las conductas establecidas para los puestos. Primeramente, se tienen que analizar las competencias relevantes para la institución en general y luego, teniendo en cuenta los contextos de cada institución, según el puesto en particular.
"Es importante que sean muy participativos porque si no está incorporada la visión de los propios funcionarios de la organización, quedará todo en el vacío", explicó Lacoviello. Al mismo tiempo, comentó que en la guía se trabaja todo un protocolo que permitirá a los funcionarios públicos desarrollar su propio documento en un par de meses.
Reconoció como desafío para la implementación de la gestión por competencias el hecho de que el servicio civil o administración pública es una institución, regida con un sistema de reglas y, como tal, muy difícil de cambiar, pero que, teniendo en cuenta la cultura de la organización, restricciones políticas e intereses de los sectores, se pueden aplicar las modificaciones.
"Esto es un cambio al interior del Estado, pero que tiene que ser hecho muy prolijamente y de manera sostenida en el tiempo, para que los servicios funcionen", finalizó.