Cientos de historias se tejen en torno a la festividad de Caacupé. El equipo de La Nación Digital estuvo presente en la villa serrana para, además de informar paso a paso de lo que iba aconteciendo, relatar las vivencias de familias que viven en torno a la devoción y el comercio. Dos de ellas se refieren a un negocio familiar que se dedican a la venta de imágenes y otra de una familia que cada año llega a la basílica en carretas. Las historias pueden leerse en www.lanacion.com.py.
La devoción y entusiasmo que produce la Virgen de Caacupé trasciende las distancias, el tiempo, las generaciones, los medios y cualquier tipo de dificultad. La familia Vázquez es un claro ejemplo de ello. Más de 50 miembros de esta unida familia se trasladaron hasta la capital espiritual desde la ciudad de Valenzuela, ubicada en el Dpto. de Cordillera, a 40 kilómetros de Caacupé. Cómo todos los feligreses, los Vázquez se acercan a la basílica para cumplir con sus promesas con la Virgen y agradecerle por todos los favores. Pero existe una excepcional particularidad en este caso: este grupo viaja hasta la capital religiosa del país en 6 carretas, una tradición familiar que se repite hace más de 60 años.