Caacupé. Aldo Riquelme. Enviado especial.
Inmersos en la multitudinaria romería que cada 7 y 8 de diciembre agita los alrededores de la Basílica de Caacupé, dos jóvenes artesanos que se dedican también a hacer tatuajes apuntaron sus agujas a las recientes palabras de público conocimiento del obispo de la villa serrana, monseñor Claudio Giménez, y dijeron que las autoridades eclesiásticas, antes que advertir acerca de grabados en la piel, deberían "preocuparse por otras cosas que suceden aquí."
Los jóvenes Viviana Casco (paraguaya) y Luis Robaina (uruguayo), hace 5 años en el oficio de confección de artesanías y realización de tatuajes - permanentes y temporales - aseguraron que, los últimos, incluso "están ligados al cristianismo desde épocas antiguas."
Agregaron que (la Iglesia) "debería mirar otras cosas, puntuales, como los abusos sexuales denunciados contra sus referentes, en vez de preocuparse por los tatuajes."
En otro momento, aseguraron que varias personas, en medio de estas festividades de Caacupé, se acercaron a ellos y se hicieron tatuajes.
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