Esta rama de la medicina está revolucionando lentamente todo. Las investigaciones buscan revelar los misterios del funcionamiento del cerebro, y a consecuencia de ello, descifrar actividades diarias y tan comunes como la lectura o el aprendizaje, hasta las más insólitas, como la memoria o los sentimientos.
Por: Jazmín Gómez Fleitas
Una de las razones por las cuales me considero una gran admiradora de la ciencia ficción, es la oportunidad de abordar temas que quizás tan fácilmente no nos plantearíamos. Cosas como: ¿Qué pasaría si pudiéramos borrar los recuerdos tristes? O, ¿es posible plantar una idea en la mente de alguien? -como en Inception de Christopher Nolan-. Lo cual no necesariamente me lleva a desear que esas cosas sean posibles, sino a preguntarme cómo funciona la memoria o cómo es que aprendemos cosas nuevas. Y todas tienen un punto en común: el cerebro.
La neurociencia es la encargada de llevarse los créditos por los descubrimientos del funcionamiento del cerebro, y de arrojarnos respuestas que acercan las explicaciones científicas a la vida diaria. Se encarga del análisis del sistema nervioso, su formato, sus funciones, sus patologías... y debido a que el cerebro es el órgano más rico y complejo, su alcance va más allá de meras cuestiones anatómicas sino al desarrollo de habilidades (aprendizaje, lenguaje, etc.).
En ese sentido, la neurociencia aplicada se enfoca en potenciar el bienestar y la salud de las personas. Desde desarrollar mejores tratamientos para el Parkinson o el Alzheimer hasta trastornos de sueño o hiperactividad. En este desarrollo vertiginoso, la tecnología juega un papel primordial. La inteligencia artificial, la robótica o bioinformática son claves integrándose a otras disciplinas como la ingeniería, la psicología cognitiva, etc.
En el día a día
Uno de nuestros problemas cotidianos más comunes es la falta de memoria. El olvido de dónde dejaste las llaves o eso que no anotaste y te pasó por completo el compromiso que tenías hoy. Al respecto, Fabricio Ballarini -investigador del Laboratorio de Memoria del Instituto de Biología Celular y Neurociencias Dr. De Robertis- publicó un libro titulado REC: Por qué recordamos lo que recordamos y olvidamos lo que olvidamos.
Allí explica algo que vivimos sin darnos cuenta: la memoria transactiva. Como el cerebro quiere gastar la menor cantidad de energía posible, guarda memorias en cerebros ajenos. Sí, así mismo, pero tienen que ser personas que estén cerca tuyo. Quizás tu pareja, tu hermano o tu mamá. Por ejemplo, si a tu pareja se le da muy bien recordar cumpleaños; vos ya no lo vas a hacer porque sólo debés recurrir a tu media naranja cuando lo necesites.
"Eso podría explicar una de las angustias más grandes que tiene el ser humano: la pérdida de la otra persona. No sólo desaparece esa persona, también se lleva recuerdos tuyos que no los incorporamos", explica en el libro.
Otro dato muy interesante es que para aprender mejor o retener en el tiempo una información, el factor sorpresa es decisivo. Fabricio explica que lo mejor al momento de estudiar para tener con eficiencia en la memoria, es hacer algo fuera de lo común. El cerebro, a partir de vivir una sorpresa, guarda una hora antes de lo que sucedió y una hora después; por eso hay mayor eficiencia en ello. El especialista señala además que trabajar de este modo tiene sentido porque para tener el recuerdo entero tiene que guardar las cosas en contexto.
Así que la próxima vez que estudies para un examen, exposición o algo parecido, cerciorarte de hacer algo antes o después que no tengo nada que ver con tu materia y le tome por sorpresa a tu cerebro.
Expandir los límites
Desde Resplandor de una mente sin recuerdos (199), en donde Jim Carrey y Kate Winslet podían pagar para borrar sus recuerdos indeseados, hasta la serie Black Mirror, con un episodio que nos muestra un futuro no muy lejano en el cual los recuerdos de la personas pueden proyectarse para cualquiera como una película, podemos comprobar cómo el cine y la televisión siempre tuvieron esa interrogante latente.
Incluso en Intensamente, de Pixar, el abordaje que le dieron a los sentimientos protagonistas en el cerebro de Riley, fue desde la perspectiva de la neurociencia. ¿Ver en el interior del cerebro de una niña y comprender cómo trabaja la memoria? Sí, a eso.
¿Hasta dónde llegarán estos avances? ¿Serán realidad en el futuro los abordajes del cine o la televisión? Nos lo dirá el tiempo. Quizás algunas cosas nunca las lleguemos a comprender, pero mientras, ir conociendo más del cerebro -lo más complejo del ser humano- es de lo más emocionante.
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Libros sobre neurociencia
Si tu curiosidad se despertó, ese era el propósito... y aquí tenés algunos libros que tu ayudarán a conocer más sobre ello. La vida secreta de la mente, de Mariano Sigman, está orientado a responder interrogantes sobre cómo actúa nuestro cerebro cuando decidimos, sentimos o pensamos. En Ágilmente (Estanislao Bachrach) se puntualiza en la característica de la neuroplasticidad; es decir, en la habilidad que tiene el cerebro de aprender y cambiar todos los días de tu vida. Y Entrena tu cerebro (Marta Romo) brinda sencillas claves para desarrollar la productividad en tu día a día teniendo en cuenta actividades que le ayuden a la neuroplasticidad, como jugar o dormir mejor.