Consultor en temas ambientales y socioprediales de sistemas de Buses de Transporte Rápido (BTR), Mauricio Bayona tiene la virtud de relatar, con clara sencillez, los procesos de su incorporación en otros países del continente. De ese camino recorrido, que abarcó varias ciudades en cada uno de estos países, rescata dos momentos centrales, dentro de los procesos de puesta en funcionamiento: Uno de ellos es el de la incertidumbre inicial sobre cómo será viajar en este transporte, y el segundo, el del entusiasmo y alegría, cuando –ya en plena operación– la gente lo utiliza y, sobre todo, lo disfruta. "Muchas veces, son procesos largos, como en el caso de Bogotá –por ejemplo– donde duró unos diez años", advierte.

Resume sus características principales: "Se trata de un transporte público moderno, que se piensa y se diseña para atender las necesidades de la gente. Funciona como un metro, con un carril exclusivo y estaciones preparadas para poder entrar y salir rápidamente del sistema, de una manera segura. Incluye otros componentes, como la tarjeta prepago, un factor de simplificación del procedimiento de abono que, además, permite el desplazamiento hacia cualquier parte".

La conjunción de estos elementos otorga rapidez, agilidad y confortabilidad al usuario, no solo en términos de optimización del tiempo de viaje, sino de seguridad física, pues las estaciones funcionan bajo un riguroso sistema de control. Cada unidad está georreferenciada y puede ser monitoreada, lo cual sirve también para medir la frecuencia de salida de cada una.

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Originado en la ciudad brasileña de Curitiba, el metrobús representa, básicamente, una transformación en las dinámicas de desplazamiento masivo. Aunque "es mucho más que eso, es un cambio de modelo cualitativa y cuantitativamente, que ordena la ciudad, vuelve más eficiente el sistema de transporte público", detalla el profesional que acompañó la instalación de metrobuses, en Colombia, Honduras, El Salvador y, ahora, Paraguay.

Su adopción implica un proceso de adaptación, "que toma su tiempo, porque rompe la costumbre de la gente, de que el bus le deje enfrente de donde quiere".

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