Los países fundadores del Mercado Común del Sur (Mercosur) adoptaron una histórica decisión para hacer prevalecer el correcto funcionamiento del bloque regional ante un claro incumplimiento de parte de Venezuela de los compromisos asumidos cuando ingresó "por la ventana" al grupo.
Los cancilleres de los Estados Partes signatarios del Tratado de Asunción, Susana Malcorra, de la República Argentina; José Serra, de la República Federativa del Brasil; Eladio Loizaga, de la República del Paraguay; y Rodolfo Nin Novoa, de la República Oriental Uruguay, integrantes del Consejo del Mercosur, notificaron el viernes a la ministra de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, "el cese del ejercicio de los derechos inherentes a su condición de Estado Parte del Mercosur de la República Bolivariana de Venezuela", explicó el comunicado oficial que se dio a conocer respecto al tema.
De acuerdo con lo señalado, dicha medida "fue adoptada dando cumplimiento a lo dispuesto en la "Declaración Conjunta Relativa al Funcionamiento del Mercosur y al Protocolo de Adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur", suscrita por los cancilleres de los Estados Partes signatarios del Tratado de Asunción, el 13 de setiembre del 2016, que dispone que en fecha 1 de diciembre del 2016, se verificará el estado de cumplimiento de las obligaciones asumidas por Venezuela en su Protocolo de Adhesión al Mercosur". Es decir, lo que se hizo fue hacer cumplir un documento en el que claramente se establecen los puntos que deben ser cumplidos por los Estados Partes que deseen estar en el grupo.
Como era de esperarse, el Gobierno de Nicolás Maduro, así como lo hizo desde su "ingreso" al bloque, desconoce las decisiones tomadas por quienes jurídica y legalmente no solo son partes del Mercosur, sino también los fundadores.
En el comunicado se explica que "cumplido el plazo fijado en la citada Declaración se ha constatado, por una parte, la persistencia del incumplimiento de las obligaciones asumidas por Venezuela en el citado Protocolo de Adhesión y, por la otra, el Gobierno venezolano en diversas comunicaciones expresó la imposibilidad de incorporar normas específicas del Mercosur a su Ordenamiento Jurídico Nacional".
"Por cuanto antecede –dice el documento oficial– fundado en lo que dispone, en esta materia, la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, tanto en carácter de principio general del derecho como en su condición de norma consuetudinaria, se ha decidido el cese del ejercicio del derecho del Estado Parte ya citado".
La decisión del cese de los derechos como Estado Parte entró en vigor desde el viernes, el día de la comunicación oficial, y "hasta que los Estados Partes signatarios del Tratado de Asunción convengan con la República Bolivariana de Venezuela las condiciones para restablecer el ejercicio de los derechos como Estado Parte".
Sobre este punto es necesario insistir. Los países fundadores y socios plenos del Mercosur no pueden dar un solo paso atrás sobre este tema, porque de lo contrario golpearán aún más a un bloque que en los últimos meses se vio envuelto en una crisis innecesaria que lo llevó al punto del quiebre.
Debemos aplaudir las posturas firmes de Paraguay, Argentina y Brasil, que hizo que Uruguay finalmente también aceptara la decisión de aplicar una sanción a Venezuela, porque es lo que corresponde.
Aunque el Gobierno de Maduro quiera hacer entender que la medida tiene que ver con una cuestión ideológica, se debe ser claro en señalar que nada tiene que ver ese aspecto, sino simplemente lo que se hace es hacer cumplir los tratados y compromisos asumidos, naturales cuando uno ingresa a un grupo, como este, que debe ser reorientado de vuelta hacia los principios que llevó a su formación.
Se tiene previsto para el 14 de diciembre una cumbre en Buenos Aires, donde la presidencia pro tempore, que quedó acéfala por la autoproclamación de Venezuela en el cargo, será asumida, como corresponde, por Argentina. Es seguro que mucho barullo y cuestionamientos realizará el Gobierno de Maduro tras la soberana decisión del Mercosur, pero eso no debe afectar lo que se se pretende: devolver al bloque el sentido de unidad, de ayuda mutua para que, sobre todo, nuestras economías se fortalezcan regionalmente para el beneficio de los pueblos de cada uno de los integrantes del bloque.