Centenares de soldados de élite del régimen sirio tomaron posiciones en Alepo para conquistar los barrios más poblados de este bastión rebelde asediado, mientras Rusia proponía corredores humanitarios para evacuar a los heridos y hacer llegar ayuda para los civiles. A golpe de bombardeos aéreos, barriles explosivos e incesante disparos de artillería desde hace 15 días, el ejército ha sembrado la devastación en el este de la ciudad de Alepo, la segunda de Siria.
Ayudado por miles de combatientes extranjeros -iraníes, iraquíes, palestinos y del Hizbolá libanés-, "el gobierno estrecha el cerco en las zonas bajo control rebelde", dijo Rami Abdel Rahman, jefe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Centenares de soldados de las unidades de élite de la Guardia Republicana y de la 4ª División han sido desplegados para entrar en "combates callejeros" en las zonas más pobladas, agregó.
Los rebeldes se están viendo superados por la potencia de fuego de Damasco, que con los bombardeos de la aviación y de la artillería, busca infligirles la derrota más severa desde el inicio de la guerra civil en el 2011. Alepo se ha convertido en el principal frente del conflicto sirio, que ha dejado más de 300.000 muertos en más de cinco años. Los occidentales recriminan a Rusia la ayuda militar que aporta al régimen del presidente Bashar al Asad.