Este capital se prestó en el 2010 de un banco de plaza para adquirir tierras; sin embargo, esta transacción nunca se realizó y hasta la fecha se desconoce el paradero del dinero. El hecho salpica a directivos y varios contadores de la cooperativa menonita, entre ellos, el rector de la Universidad Nacional de Caaguazú, Hugo Giménez.
Un grupo de seis socios de la Sociedad Civil Bergthal, de J. Eulogio Estigarribia, decidió romper el silencio y desenmascarar una "rosca corrupta", que aparentemente se apropió de US$ 5 millones, correspondientes a un préstamo que la sociedad había obtenido en el 2010 de un banco de plaza para comprar tierras.
Sin embargo, las propiedades nunca fueron adquiridas y el dinero desapareció, reveló a La Nación el representante legal de los denunciantes, Derlis Rodríguez.
El abogado relató que en el 2014, durante una reunión entre los miembros, los directivos de la Sociedad Bergthal informaron acerca de un faltante de G. 27.000 millones –que serían los US$ 5 millones– y solicitaron que la deuda sea repartida en forma proporcional entre los socios, es decir, aumentar 30 veces más el aporte mensual de cada uno.
Indignados, los ahora denunciantes se opusieron a esta situación y decidieron iniciar una demanda en lo civil, pidiendo la rendición de cuentas a los directivos, para así poder aclarar el paradero de los US$ 5 millones.
En el marco del juicio de rendición de cuentas, el Ministerio Público exigió a la sociedad civil presentar todas sus facturas para una pericia contable. Durante las verificaciones, se detectaron varias facturas de dudosa procedencia, con descripciones poco detalladas y altos montos cobrados.
EMPRESAS FANTASMA
A medida que avanzaba la pericia, los fiscalizadores decidieron seleccionar los documentos con "contenidos llamativos", para luego averiguar sobre la legalidad de las respectivas empresas o emisores de las facturas. Así saltaron varias empresas "fantasma" y supuestos propietarios de los documentos, quienes al ser indagados por la Fiscalía negaron haber brindado servicio a la Sociedad Civil Bergthal y mucho menos haber facturado a nombre de la misma.
Este es el caso de Julio García, que según los documentos presentados por los administradores de la sociedad civil en las rendición de cuentas, figura como propietario de una empresa "fantasma", que facturó a la sociedad civil por millonarios montos.
En un video proporcionado por Rodríguez, se observa que un equipo de un medio de comunicación de la localidad se acercó hasta el domicilio de García, constatando que en el lugar solo opera una pequeña despensa. Al conversar con el afectado, éste negó haber emitido facturas a la sociedad menonita.
Al igual que García, se encuentran en la misma situación otros 10 contribuyentes, que juntos habían facturado supuestamente por más de G. 10.000 millones a nombre de la Sociedad Civil Bergthal Komitee.
SUPUESTO MODUS OPERANDI
De acuerdo a las declaraciones de Rodríguez a La Nación, la "rosca corrupta" está compuesta por directivos de la sociedad y contadores que se encargan de llevar adelante las cuentas de varios socios de la cooperativa y civiles de la zona.
El abogado explicó que varias personas encomendaron a estos contadores la cancelación de sus Registros Únicos de Contribuyentes (RUC), pero lejos de cumplir con el trabajo solicitado, cambiaron los rubros de estas personas y empresas, para utilizar las facturas como justificativos de los supuestos gastos de la cooperativa.
En los documentos facilitados por Rodríguez, completados a mano, se observa que varias facturas con diferentes razones sociales poseen la misma tipografía en la descripción de la venta de productos o servicios; según el abogado, la letra pertenece a Hugo Giménez, contador de la cooperativa y actual rector de la Universidad Nacional de Caaguazú.
Asimismo, el Rodríguez manifestó que los contadores Mario Miguel Benítez Brizuela, hoy con orden de captura, y Aleader Espinoza, también estarían implicados en el caso de la falsificación de documentos.
PRESIÓN POLÍTICA
Aparte de las falsificaciones de documentos, en el caso también se habla de una presunta presión política de parte del senador colorado, Silvio "Beto" Ovelar, quien según Rodríguez llamó y amenazó a una fiscala que intervino en el caso.
El interés de Ovelar sería proteger a su amigo y correligionario, Hugo Giménez, contador de la Sociedad Bergthal y rector de la Universidad Nacional de Caaguazú.
Actualmente, la causa penal se encuentra en manos del fiscal de Caaguazú, Alejandrino Rodríguez, y el juez Miguel Ángel Rojas, quienes tienen la obligación de esclarecer el caso que afecta a más de 700 socios de la Sociedad Bergthal.