La falta de agua que vive buena parte de Bolivia ha sido como un "terremoto" que ha pillado desprevenido al gobierno de Evo Morales, admitió el mandatario, que ha recurrido al ejército para repartir agua entre la población.

"Para mí es como un terremoto, no calculamos, no estaba en nuestras previsiones que nos falte agua, nos ha sorprendido", afirmó el gobernante.

Bolivia soporta una de las peores sequías en 25 años, que provocó el racionamiento del recurso natural en siete de las 10 principales ciudades del país (La Paz, El Alto, Cochabamba, Tarija, Sucre, Oruro y Potosí). Solo Santa Cruz, Trinidad y Cobija están sin problemas, informó la AFP.

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La Paz, de unos 800.000 habitantes, y El Alto de 900.000, sufren racionamientos desde hace más de dos semanas. La emergencia nacional fue declarada el lunes por Morales. Presionado por las protestas casi diarias, en particular en La Paz, El Alto y Cochabamba, Morales ha prometido tratar de solucionar el problema lo antes posible. Entre 3.000 y 4.000 personas se congregaron ayer en la sede de gobierno para protestar contra Evo.

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