Sentados en el corredor de la casa, con los rostros cabizbajos, la familia del joven de 17 años Frans Wiebe clamó a los secuestradores del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) por una prueba de vida de su hijo. Lo hicieron a través de una carta leída por un vecino de la familia, Enrique Unger, dada principalmente la afectación tanto de la madre como del padre del adolescente.
"Señores miembros del EPP. Estamos muy preocupados por nuestro hijo Frans Wiebe. La familia lo extraña mucho, queremos decirles que él es el que estaba ayudando para el sostén de nuestra familia", reza una primera parte de la escueta carta dirigida al grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
En otro pasaje expresan que saben que el comandante del EPP también tiene hijos y que ellos solo quieren una prueba de vida de Frans, para así renovar las esperanzas de que volverá a su casa para reunirse con sus hermanos. "Estaremos atentos día y noche por alguna noticia buena que nos puedan acercar y que nos haga entender que ustedes no tienen la intención de hacerle daño a nuestro hijo Frans", concluye la carta. En su momento la familia dijo que no cuenta con recursos para pagar por el rescate de US$ 700.000 que los delincuentes exigen.
PANFLETO
El fiscal Carlomagno Alvarenga confirmó que los panfletos hallados el lunes pasado en el poder de supuestos brazos logísticos del EPP son efectivamente del grupo criminal, donde desmienten que el grupo armado tenga vinculación con Jarvis Chimenes Pavão, recluido en la Agrupación Especializada. Los detenidos, que ya fueron imputados, son Reinaldo Zeballos, Lucía Ovelar y Santiago Mercado.