Cumplí casi todas las características de una “romántica del papel” que, según Moderna de Pueblo (el personaje creado por la ilustradora española Raquel Córcoles) es aquella que se emociona más con un mensajito en post-it que con uno enviado por Whatsapp, y sube un montón de fotos a su muro, pero sus favoritas las imprime. Aunque con eso de “no te rendirás al e-book hasta que incorpore la función de olor a libro nuevo” me reí mucho, quedé descalificada. Es que para mí, la practicidad de los libros digitales desplazó al romanticismo de los libros de papel. Aquí te cuento por qué.

Por: Aura Zelada*

Acceso inmediato y exuberante

No necesitás tomarte el tiempo de ir hasta una librería para comprar un libro o ver qué hay de nuevo. Es ideal para las personas algo impulsivas como yo, que cuando tienen ganas de leer algo nuevo tiene que ser ¡ahora!. Además, si específicamente necesitás cierto libro, es probable que lo consigas más rápido y fácilmente en las miles de librerías digitales que existen en Internet, que recorriendo las tiendas físicas de tu ciudad.

Económicos y ecológicos

No pude hacer una investigación más detallada, pero a ojazo pude ver que los libros en digital son más económicos que los de papel, y por supuesto, más ecológicos.

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Son eternos

Al menos los que comprás en el iBookStore de Apple son eternos (como todas las apps que comprás de esta tienda). Descargás sólo una vez con tu ID y por más que lo borres de tu librería, lo elimines, o tu iPad se pierda, siempre vas a poder volver a bajarlo con tu cuenta sin volver a pagar.

A donde vayas

Sin que lo tengas que cargar en tu cartera por todos lados, tu iBook siempre estará disponible. Si tenés un iPad y también un iPhone, podés sincronizar con este último los libros que estás leyendo para tenerlos siempre a mano. No es lo mismo leer en esa pantallita (aunque las letras estén del mismo tamaño), pero te salva cuando estás superenganchada con algún texto.

No necesitás velador

¿Esta acaso es una ventaja? ¡Sí! No estoy loca, no estoy exagerando, pero es una de mis ventajas favoritas. Con los libros de papel te puede llegar a agarrar tortícolis de estar tanto tiempo en la misma postura, supeditada a la iluminación ideal. Con una pantalla esto no sucede; además, podés graduar el nivel de brillo y otras cositas más para no cansar la vista. Si dormís acompañada, no vas a molestar a tu compañero con la luz encendida hasta altas horas.

Notas marginales en todo momento

Tengas o no una lapicera a mano, podés tomar notas marginales, subrayar y señalar y volver a borrar. Esto me encanta, me re sirve y lo uso muchísimo.

Aunque parezca una completa enamorada de los libros digitales, debo aclarar que no me casé con ellos. De vez en cuando me rindo al romanticismo de esa mezcla mágica que resulta entre el papel y la tinta de imprenta. Es lo que valoro de nuestros tiempos y nuestra generación, tenemos acceso a las practicidades que ofrecen las nuevas tecnologías, pero así también conocemos ese otro mundo, el analógico, con sus inexplicables deleites.

*Bloguera en www.frugalisima.com

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