La paraguaya Virgina Monges, de 17 años, y el boliviano Juan David Catarí, de 13, defendieron en el VII Congreso Mundial por los derechos de la Infancia y la Adolescencia, el derecho de los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe al trabajo digno y la protección frente a las situaciones de explotación.
Ambos jóvenes, miembros del Movimiento Latinoamericano y Caribeño de Niños, Niñas y Adolescentes trabajadores (MOLACNNACTs), distinguieron entre trabajo y explotación, recomendando a los organismos multilaterales, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), rever sus conceptos y políticas. "Como organización le decimos a la OIT que todo lo que hicieron y siguen haciendo va en contra de nosotros y de nuestros derechos", señaló el adolescente boliviano.
Agregó que "con sus equivocadas acciones", el organismo internacional, "invisibiliza y vuelve más vulnerable a la infancia trabajadora". Catarí, recomendó a la OIT que "no gaste millones en la contratación de consultores y expertos, ya que nosotros estamos dispuestos a tener una charla con ellos y a explicarles la realidad". "Gastan millones en tratar de entender qué es la infancia trabajadora, y nosotros podemos explicarle desde nuestra realidad y nuestras vivencias lo que es el trabajo infantil", señaló.
El chico, se incorporó al mercado laborar de su país hace varios años. Actualmente, trabaja en un mercado popular de Cochabamba.
Agentes de cambio
"Para nosotros, el trabajo es una actividad que nos hace ser seres sociales, nos hace razonar, nos hace entrar en contacto con el mundo", argumentó por su parte, la adolescente paraguaya. "El trabajo es una forma de ser, de transformar nuestras realidades. Es una herramienta de lucha, que nos permite crecer, nos permite desarrollarnos, nos permite conocer otras personas, otras culturas", señaló.
Monges, defendió asimismo el papel de niños, niñas y adolescentes como actores del cambio y la transformación social. Recordó, en tal sentido, las manifestaciones estudiantiles que forzaron la renuncia de la Ministra de Educación, y el encarcelamiento del entonces Rector de la Universidad Nacional de Asunción, acusado de corrupción.
"Somos actores fundamentales en el cambio de nuestra sociedad, sin ser revoltosos es muy difícil cambiar ciertas estructuras que nos imponen roles, que no nos dejan participar y no nos dan ese espacio para ser agentes de cambio", afirmó. "Como estudiantes y trabajadores estuvimos acompañando esas luchas", dijo la joven.
Monges, trabaja en una peluquería, y estudia la educación media con orientación en Ciencias Sociales, en el Colegio Nacional de Villa Elisa. Según dijo, las leyes paraguayas entrañan una "profunda contradicción", ya que "por un lado se baja la edad de imputabilidad, pero por el otro no tenemos derecho a votar, ni a trabajar".
"Podemos ir a la cárcel, pero no tenemos derecho al voto, ni al trabajo, ni a incidir en las políticas públicas", señaló. La adolescente, cuestionó el sistema de libre mercado, argumentando que desvaloriza el trabajo porque "no les importa la vida de la gente, no les importa que nosotros estemos muriéndonos de hambre, solo les importa que los ricos sean cada vez más ricos, y nosotros los pobres seamos cada vez más pobres".