Michael J. de la Merced y Cecilia Kang

Los negociadores tomaron nota el mes pasado cuando Donald J. Trump declaró que trataría de bloquear la propuesta de AT&T de comprar Time Warner por 85.400 millones de dólares, debido a que concentraría radicalmente el poder en muy pocas empresas.

Pero después de un período inicial de agitación, los asesores de convenios están diciendo que no está claro si un gobierno dirigido por un magnate de los bienes raíces declaradamente pro empresarial les haría la vida difícil a las grandes fusiones.

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Por el momento, la adquisición de Time Warner que planea AT&T, la fusión más grande del año y que podría reconfigurar el mundo de los medios y las telecomunicaciones, parece ser el candidato más probable de sus enconos. El presidente electo fue de los primeros políticos que criticaron ese acuerdo y se comprometió a bloquearlo en caso de llegar a la presidencia.

Pero especialistas antimonopólicos y estrategas republicanos afirman que el gobierno de Trump podría no cumplir sus promesas de campaña.

La clave de las posibilidades de la propuesta de AT&T por Time Warner va a estar en los nombramientos que haga Trump en el departamento de Justicia y en la Comisión Federal de Comunicación, instancias que revisarían dicha fusión. Esos son mundos muy rarificados que requieren de experiencia específica en materia legal y económica.

Es probable que los negociadores que colaboraron en la elaboración de la propuesta de AT&T por Time Warner apuesten a que aunque Trump impulsara al departamento de Justicia a presentar una demanda para bloquear el acuerdo, cualquier tribunal que escuchara el caso aplicaría las normas antimonopólicas tradicionales para aprobar la transacción, Las dos empresas han sostenido que la suya es una fusión "vertical", con poco traslape, a diferencia de las adquisiciones tradicionales "horizontales" que elimina a un competidor de la industria.

Si bien Trump puso en su mira dos grandes fusiones de empresas de medios, generalmente se le considera favorable a las empresas. Y tendrá la presión de los líderes republicanos y de su equipo de transición para nombrar funcionarios que crean en el libre mercado y que pudieran ser más receptivos a las fusiones que con un gobierno demócrata.

Algunas industrias podrían beneficiarse. Las acciones de farmacéuticas, como Pfizer, subieron pues se redujo la posibilidad de que se apliquen regulaciones más estrictas y prohibiciones a las fusiones. Pero las acciones de operadores de hospital, como HCA Holdings y Community Health Systems, se hundieron por la preocupación de los inversionistas de que el empeño por anular la ley de atención médica accesible ponga en peligro los nuevos subsidios gubernamentales.

(Emily Steel colaboró en el reportaje).

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