Por: Jazmín Gómez Fleitas
El MICSUR se viene realizando desde el 2014 y abarca seis industrias culturales: diseño, música, editorial, artes escénicas, audiovisual, animación y videojuegos. Participan diez países de la región entre los cuales se encuentran -además del nuestro- Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela.
Para participar hay un cupo de cuatro personas por rubro por país, las cuales deben postularse en la plataforma digital. Si quedan, están habilitadas a participar de foros, conferencias, talleres, ruedas de negocios con 80 compradores internacionales (de España, Japón, Reino Unido, Finlandia, EE.UU y China), y demás actividades por industria.
En cuanto a la moda, la actividad principal se centró en un desfile organizado por el Bogotá Fashion Week, y en este caso, el representante no necesariamente debió haberse postulado en la plataforma. Fue así que Rocío, a pesar de no haberse podido inscribir a tiempo, tuvo la posibilidad de ser parte; ya que la Secretaría Nacional de Cultura a través de un jurado eligió a Ocre como representante de Paraguay en el desfile.
"Fue un honor representar al país. Yo hasta ahora no sé quiénes integraban el jurado pero fue un gran honor. El requisito era que se utilizaran materiales autóctonos, en el caso de nuestro país: ñanduti, ao po'i, encaje ju", explica. El MICSUR se llevó a cabo en Bogotá, Colombia, del 17 al 20 de octubre, y en Paraguay, el ente organizador y responsable fue la Secretaría Nacional de Cultura.
"Lo primero que recuerdo que le dije a la representante de la Secretaría fue que yo no me había inscrito en la plataforma, me tomó de sorpresa, pero me explicaron que no hacía falta para la representación pero sí para la exhibición de productos. Me puse re feliz porque yo había descartado la idea de ir", comenta sobre la experiencia.
Rocío estaba realizando una colección cápsula teniendo como protagonista al ñandutí cuando la llamaron un mes y medio antes del MICSUR. "Acepté porque ya estaba en proceso la confección de los vestidos. El ñandutí tiene un proceso de dos meses sólo en tejido y un mes más para la elaboración del vestido. Si no hubiese empezado antes, no hubiera podido ir", detalla.
El desfile constaba de cinco pasadas; es decir, eran necesarios cinco diseños para exhibir. "Estaba demasiado emocionada por ir pero nunca imaginé el impacto que tendría", enfatiza y añade: "Allí conocí a la diseñadora brasilera Fernanda Yamamamoto, a quien le seguía desde hace muchísimo tiempo. Yo estaba colgando los vestidos antes del desfile y la veo a ella a mi lado. Se para, toca mis vestidos y me pregunta qué tejido era. Le expliqué que era ñandutí y empezamos a hablar. ¡Al final me dijo que le encantaban!"
Para Rocío fue una experiencia sumamente enriquecedora la de poder atestiguar cómo otros profesionales del diseño también apreciaban el ñandutí igual -o más- que los paraguayos. "Yo creía que les iba gustar pero les encantaba. Me decían ¡eso es demasiado hermoso! Y todos los colegas de todos los países presentes en el desfile se acercaron a preguntarme sobre cuánto se tardaba en confeccionar y demás. Estaban encantadas, y yo feliz contándoles de las artesanas que hacían el ñandutí", expresa.
"Todos (los diseñadores participantes) teníamos ese mismo arraigo cultural de querer mostrar lo que hacemos al mundo. Ese pensamiento de realzar la artesanía local dándole un giro de diseño. Creo que nunca voy a tener una experiencia igual. Es muy poco común compartir pasarela con diseñadores de diferentes países que apuntan a lo cultural", destaca.
La empresaria también enfatiza que esto ayuda a que se valore la mano de obra local; ya que al conocer el trabajo de otros países, resalta que "Paraguay no tiene nada que envidiar; incluso, tenemos más que ellos". Esto haciendo alusión a la preservación de tejidos locales como el ñandutí, el encaje ju o el ao po'i, algo que otros países de la región no cuentan.
Ambrosías del ñandutí
La colección cápsula que Rocío presentó llevaba este nombre, y a diferencia de la primera colección que llevó el mismo título en el 2014, la que presentó en el MICSUR estaba compuesta por vestidos elaborados enteramente en ñandutí. No en algunos detalles, sino en toda su extensión:
"De pies a cabeza están hechos de ñandutí. Representa la sincronía perfecta entre lo tradicional y contemporáneo. En esta ocasión, elegí mostrar el ñandutí en un solo color para que se puedan apreciar mejor las tramas, contrariamente a los tejidos multicolores que solemos ver. Los vestidos, de manera individual, eran: rojo, azul, marfil, salmón y verde agua".
En poco tiempo va a implementar un perchero aparte en cada una de las tiendas, en donde se encontrarán diseños elaborados enteramente en ñandutí. Sería una extensión de las colecciones que seguirán los colores de temporada pero exclusivamente elaboradas en este tejido. "Me gustaría que el público nacional conozca todo el trabajo detrás de una marca paraguaya, para que no sólo la quiera consumir, sino la valore teniendo la certeza que es de calidad".
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Rocío Achucarro está al frente de Ocre desde hace once años y uno de sus proyectos a corto plazo sería habilitar otras sucursales a lo largo del país: Ciudad del Este, Encarnación, etc.; además de poner la mirada en la exportación para un mercado de lujo. La marca está pensada para la mujer paraguaya y su sueño sería que Paraguay pueda tener un estilo propio, donde se pueda hablar de "moda paraguaya".