Entrevista: Micaela Cattáneo
Fotografía y edición digital: Mónica Matiauda
Producción: Juan Ángel Monzón
Estilismo: Fabián Da Silva
"Comencé mi investigación por una columna que leí en un diario de Buenos Aires. Esa nota hablaba sobre un soldado argentino que había sido enterrado en Darwin y al que los soldados ingleses lo llamaban Pedro", relato que, en la voz de Florencia Torrente, se escucha en el teaser de la película Soldado argentino sólo conocido por Dios, largometraje exhibido en Asunción en el Festival Internacional de Cine.
Flor Torrente González (28) es actriz, modelo y empresaria, pero en unos meses más agregará un cuarto título a su carrera artística: cantante, ya que lanzará un disco como solista. Pero en esta amalgama de pasiones, ella es conocida principalmente por el mismo rol con el que se ha destacado su madre, Araceli González.
Aunque asegura que ella no fue influencia directa para que eligiera a la actuación como medio de vida: "Al contrario, siempre me decía: 'Flor, el camino del artista es muy difícil, vos tenés que hacer otras cosas también, porque en esta profesión un día estás allá arriba y al otro, allá abajo'". "Fueron enseñanzas que me sirvieron mucho, creo que inconscientemente me empujaba a que haga otras cosas, pero igualmente siempre me apoyó", relata.
En Soldado argentino interpreta a Ana, una joven de 15 años que asume el rol de hermana y novia de dos combatientes, Ramón y Juan, respectivamente. Pero la historia no se desarrolla durante el contexto bélico de 1982, sino que cobra protagonismo cuando diez años después, convertida en periodista, inicia una investigación sobre lo sucedido en las Malvinas. "Lo que ocurrió en la guerra es que los familiares de algunos caídos no sabían qué había pasado con sus hijos; vivieron con la incertidumbre porque los soldados no tenían identidad. Mi personaje persigue una historia en particular, la de Pedro, un joven soldado argentino que había sido enterrado por los ingleses luego de que este haya luchado contra ellos durante varias horas", explica.
"Intenso", así define Flor al proceso de construcción de su personaje. "Tuve que investigar mucho, charlé con gente que vivió en esa época y con familiares de los caídos. Enfrentarse a un personaje como el de Ana, con una historia tan fuerte, requiere de un compromiso que implica empaparse de sentimientos e información", destaca.
Aunque no es la primera vez que Florencia se cruza con la historia de una heroína. "Cuando leí la vida de Juana de Arco, quedé encantada. Ella representa esa mujer que va al frente, que lucha sin miedo, que sabe lo que puede hacer, y que si no lo sabe, lo hace a pesar de todo. Y eso me enseñaron a mí. Las mujeres de mi familia son como Juana de Arco, por eso me identifico tanto", comenta la actriz.
Libro de anécdotas
"I am not afraid; I was born to do this (No tengo miedo, nací para esto)", frase de la militar francesa que la actriz tuvo la intención de tatuarse (o al menos, eso confesó en entrevistas con medios argentinos). Y por supuesto, aproveché para preguntarle si lo hizo. "No, todavía", responde y confiesa: "Pasa que me arrepiento de todos los tatuajes que tengo menos de dos. Uno es el de un león porque soy leonina y el otro es el que me hice con mi mamá".
Si bien ese tatuaje aún está entre sus pendientes, en su estética lleva el sello de la que también fue inspiración para su marca de accesorios. "Desde hace mucho tiempo que me quería cortar el pelo, lo hice porque sentía que necesitaba un cambio en mi vida, así radical, como el de cambiar de piel. Llegó un momento que sin querer me hice el corte de Juana de Arco, literal, rapado y con casco", recuerda la artista, que lleva ese look desde que dio inicio a Helicia, su tienda de accesorios y bolsos.
"Cuando creamos Helicia, creamos un libro donde cada capítulo representa una temporada. Todo el contenido tiene que ver con nosotras (la mía y de mi socia), nuestra historia, nuestra familia. El primer capítulo se llamó 'El origen', de nosotras como diseñadoras, como mujeres, como emprendedoras, como una nueva marca", indica.
¿Referente de moda es un título con el que te llevarías bien?, le pregunto en nuestra charla, desarrollada en el lobby del Villa Morra Suites. A lo que responde: "Es difícil hablar de uno, pero sí pasa que la gente me escribe para preguntarme lo que tengo puesto. Me resulta raro decir: 'Sí, soy una referente de moda', porque en realidad no me focalizo en ser influencia, sino en ser yo misma y hacer lo que me gusta, con lo que me siento bien".
Sin embargo, tiene muy en claro lo que para ella implica la moda: "Vestirse es hacer arte, es la forma en la que transmitís al mundo quién sos. Si a mí me preguntan qué es tendencia en este momento, diría que es lo que a vos más te va, con aquello que te sentís más cómoda. Tiene que ver con encontrar el espacio que es para uno".
Talento en el ADN
Desde que tiene tres años, el arte ha sido más que una excusa para ocupar su tiempo libre. "Me sentaba a pintar horas y horas; mis amigas miraban la tele y yo dibujaba. Hacía shows para mi familia, organizaba obras de teatro con ellos, armábamos el escenario y el vestuario", rememora. "Mi papá es comerciante pero dibuja como los dioses, mi abuelo era fotógrafo, mi abuela bailarina y mi otro abuelo, actor. Qué le voy a hacer, era inevitable", comenta con humor.
Aunque eso de "Ser la hija de" nunca fue una presión para ella. "Mi trabajo no está ligado a mi mamá. Es como lo digo siempre: Ella me abrió una puerta muy grande para entrar en este mundo, porque prácticamente nací en él; pero depende de uno poder sostenerse. Y no lo hago porque mi mamá me dijo que lo haga, sino porque es lo que amo, lo que a mí mueve", puntualiza.
En julio de este año, protagonizó su primer infantil: A la luna, al cual se refiere como una experiencia increíble. "Amo hacer teatro, esta obra me encantó hacerla, sobre todo porque la historia trata sobre una niña de cinco años que tiene una relación muy fuerte con su abuelo, y como él estaba a punto de morir, le inventa que iba a hacer un viaje a la luna para poder cuidarla desde ahí", destaca. "Tuve un abuelo que falleció cuando tenía siete años, que para mí fue todo, y hacer esta obra fue como conectarme con él, sentir que estaba conmigo más que nunca", agrega.
Proyecto musical
Sus raíces son artísticas, pero cuando de cantar se trata, ella es la única de la familia que recibe todos los aplausos. Florencia no tendrá que seguir ningún ritual de año nuevo, porque el éxito de su trabajo ya está dando que hablar antes de que el 2017 acapare los calendarios. "Estoy haciendo un disco, me gusta mucho la música de antes como el jazz, el blues, el rock y la música alternativa. Estoy tratando de buscar una fusión entre esos estilos que más me gustan", asegura.
"Las letras son mías, tienen que ver con experiencias", añade y explica: "Pasa que cuando actuás sos alguien más, pero cuando cantás sos vos, lo que sentís o pensás. Es desnudarse realmente". No es casualidad que este mensaje lo haya encontrado en la Biblioteca Nacional de Viena, en un viaje que hizo el año pasado a Europa: "Sin arte no hay fin de guerra", y ella prefiere resumirlo con sus palabras: "El arte salva al mundo".