Por Micaela Cattaneo
En la antenoche no solo la Superluna brilló en Asunción, también lo hizo Fito sobre el escenario. Faltando diez minutos para las nueve de la noche, los aplausos se empezaron a escuchar en el Centro de Convenciones de la Conmebol. Bajo el cántico de "Olé, olé, olé, olé, Fito…Fito", los fans aclamaban la salida del compositor argentino.
Unos minutos después, la figura de uno de los máximos referentes del rock argentino se dejaba ver detrás del piano, donde empezó a entonar la melodía de la canción que lleva el nombre de su tour: Giros.
"Buenas noches Asunción", saludó y dio lugar a temas como Taquicardia, Alguna vez voy a ser libre, y 11 y 6, uno de los más coreados del show y al que el cantante se refirió como "una de las canciones que uno no sabe cómo, pero que atraviesan en el tiempo y quedan en muchos corazones".
Con un público vibrante y con ganas de seguir cantando, subió a las tablas a su colega, Fabiana Cantilo, a quien presentó como la "Hada cósmica, princesa y musa infinita de Giros".
Durante el concierto, interpretaron canciones juntos, arrancando con Yo vengo a ofrecer mi corazón, D.LG, Yo te amo y Lejos de Berlín. Luego de compartir estos temas, Fabiana quedó sola en el escenario para rockear su nuevo sencillo: Payaso, con el que hizo bailar a todo los presentes. Los momentos más eufóricos de la noche se vivieron cuando el cantautor incluyó en su repertorio canciones como Cable a tierra, Polaroid de locura ordinaria, A rodar mi vida, Circo beat y la esperada Tumbas de Gloria.
La emoción de los fans creció cuando el compositor argentino recordó su presentación en el Rock Sanber del 88, motivo que lo llevó a interpretar temas de su cuarto álbum Ciudad de pobres corazones (1987), dando inicio con A las piedras de Belén.
La magia de su gira brilló cuando pidió al auditorio que enciendan las luces de sus celulares, creando un clima acorde para uno de sus clásicos en el piano: Brillante sobre el mic.
Y el cierre no dejó de ser sorprendente. La energía del público llegó a su máximo nivel cuando los acordes de Mariposa Tecnicolor empezaron a inundar el salón con un Fito Páez vestido acorde a la canción.
Cuando este parecía ser el final, Fito volvió al escenario y en compañía de Fabiana, sus músicos y sus seguidores cantó Y dale alegría a mi corazón, con la bandera paraguaya al hombro y despidiéndose con la frase: "Gracias por dejarme vivir tanto tiempo en sus corazones. Hasta la próxima".