Los primeros acuerdos de un diálogo que busca resolver la crisis política y económica en Venezuela dejaron a la oposición dividida y al gobierno con más oxígeno para para mantenerse en el poder, según analistas.

Con la facilitación del Vaticano, delegados del gobierno y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) asumieron el sábado compromisos para paliar la escasez de alimentos que afecta al país petrolero y lograr la independencia de los poderes del Estado.

Los analista reconocen eso como avances, pero creen que la MUD se desgasta al no haber nada definido sobre su principal meta: la reactivación del referendo revocatorio contra Nicolás Maduro -suspendido el 20 de octubre- o un adelanto a 2017 de las elecciones presidenciales previstas para fines del 2018.

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"A nivel de percepciones es evidente que este round lo ganó el gobierno por knock-out: logró calmar a la gente, validarse como negociador con participación internacional y acentuar la división opositora", aseguró a la AFP Luis León, presidente de la firma Datanálisis.

Para el constitucionalista Juan Raffalli la salida electoral es "el corazón del asunto", y si se pasa por alto, puede deslegitimar a la representación de la MUD. "La gente no es tonta y puede tomar su propio camino", estimó.

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