Landon Thomas Jr.
© The New York Times 2016
Después de una aguda liquidación en Asia la noche de las elecciones en Estados Unidos, los mercados tuvieron una recuperación el 9 de noviembre, conforme los inversionistas se fueron reponiendo del golpe de la perspectiva de la presidencia de Donald Trump y empezaron a interesarse en si sus políticas podrían acelerar la aún frágil recuperación económica global.
Los futuros del índice accionario Standard & Poor's 500 inicialmente se hundieron 5 por ciento pero recuperaron casi todas sus pérdidas cuando empezaron a negociarse las acciones en Estados Unidos. Los principales indicadores de los mercados terminaron el día con un aumento de más de 1 por ciento.
Por su naturaleza, los mercados están condicionados a mirar más allá del momento y hacia el futuro. En ese sentido, la recuperación bursátil significa que muchos inversionistas están apostando a que las promesas de Trump, de aumentar el gasto público, reducir impuestos y aligerar las regulaciones financieras superarán su retórica en contra del libre comercio.
Con ese fin, las acciones que se beneficiarían de un crecimiento económico más robusto, como bancos y empresas relacionadas con la infraestructura y el transporte, tuvieron demanda el 9 de noviembre. Las acciones de Bank of America, por ejemplo, cerraron con una ganancia de 5,7 por ciento. La empresa de renta de equipo United Rentals terminó con una ganancia de 17 por ciento.
En términos más generales, empero, los expertos en los mercados advierten que la victoria de Trump debe ser considerada como una señal muy fuerte de parte del hombre común de que ya llegó el momento de que una política fiscal en forma de mayor gasto público reemplace al activismo del banco central para estimular el crecimiento económico.
Ya desde hace tiempo, los economistas han estado advirtiendo que las políticas del banco central de tasas de interés en cero y de recompra de títulos, con las que el gobierno de Estados Unidos y de otros países pretendían energizar la economía, estaban generando una recuperación dispareja por impulsar el mercado inmobiliario en Nueva York, Londres y San Francisco mientras que se estancaba la economía real.
El aumento del gasto público en carreteras, puentes y caminos podría darle un empujón a la economía en general y la reducción de impuestos y el aligeramiento regulatorio serán bienvenidos en los mercados financieros.
Pero esas estrategias tienen su lado negativo, como el aumento del déficit y de la deuda.
Aún más, los analistas del mercado se preguntan cómo podrá Trump equilibrar esas políticas, que básicamente son positivas para los mercados financieros, con su promesa de levantar barreras comerciales a las mercancías de México y China.
La posición de Trump contra el libre comercio ha suscitado el temor de que precipite una guerra comercial cuando el comercio global de por sí ya está padeciendo a causa de medidas proteccionistas en muchos países de todo el mundo.
"Esto no es el Brexit", aclara Jeffrey Kleintop, especialista en inversiones de Schwab Investments, refiriéndose a la recuperación de acciones y bonos que siguió poco después al referendo en el que el Reino Unido decidió abandonar la Unión Europea. "Esto será un largo proceso de cambio negociado. La preocupación es que Trump cumpla su promesa de elevar los aranceles a China y México".
En ese sentido, las divisas de los mercados emergentes y los mercados bursátiles estuvieron en contra del ánimo bullicioso del mercado. El peso mexicano perdió como 8 por ciento ante el dólar y el yuan chino siguió en su reciente tendencia de debilidad.
Los inversionistas se amontonaron en los fondos cotizados durante las horas iniciales del mercado, con más ahínco que de costumbre. Hubo un momento en que los fondos cotizados representaron 45 por ciento del total de transacciones del mercado bursátil, según funcionarios de BlackRock. Entre los más requeridos estuvo el fondo de biotecnología iShares, que aumentó 9 por ciento por la esperanza de que haya menos regulaciones para las compañías farmacéuticas con Trump.
El 9 de noviembre, el índice de referencia accionaria S&P 500 cerró con una ganancia de 1,1 por ciento. El índice compuesto Nasdaq también terminó con un aumento de 1,1 por ciento, mientras que el promedio industrial Dow Jones subió 1,4 por ciento. El volumen de transacciones fue el mayor desde el revuelo causado en el mercado a fines de junio por la decisión británica de salirse de la Unión Europea.
Por ahora, la disposición del mercado de ver con ojos positivos la victoria de Trump parece vinculada con la perspectiva de que aumente el gasto público.
Independientemente de lo que venga después, la reacción inicial del 8 de noviembre hacia el día siguiente fue de sorpresa. Conforme por todo el mundo se fue asentando la idea de que Trump será el próximo presidente de Estados Unidos, los inversionistas de todos los países trataron de entender las implicaciones financieras y económicas, poniendo nerviosos a los mercados.
Las acciones estadounidenses estuvieron más altas, en un respiro de la sacudida en Europa y Asia. Pero la confusión no dio señales de ceder, y los inversionistas están esperando la articulación de la agenda de Trump.
Los inversionistas globales reaccionaron inicialmente como si el mundo estuviera en llamas. Sacaron su dinero de los mercados en un arranque instintivo de venta que recordó al estallido de las guerras.
Los inversionistas vendieron acciones, primero en Asia y después en Europa. Vendieron petróleo y pesos mexicanos, hundiéndolo a nivel sin precedentes.
Incluso vendieron dólares estadounidenses, pese a que este casi siempre funciona como refugio en tiempos de caos. Sin embargo, horas después, el dólar se recuperó, el precio del petróleo se recobró e incluso el peso mexicano salió de sus profundidades.
(Neil Gough, Peter S. Goodman y Chad Bray colaboraron en el reportaje.)