Por Pedro Gómez Zorrilla

En el fútbol muchas veces no se tienen en cuenta los merecimientos para calificar un resultado, pero en esta ocasión se puede indicar tajantemente, que el resultado final, sin goles, fue el fiel reflejo de lo sucedido en el compromiso entre Sportivo Luqueño y Cerro Porteño, juego de regularización de la undécima fecha del campeonato Clausura.

Pero fueron los auriazules quienes hicieron mejor las cosas, en mayor porcentaje, que los cerristas. El primer tiempo fue para el olvido. Solamente una acción de peligro se dio hacia la valla de Ignacio Don.

Un centro bien ejecutado por Derlis Alegre, cabezazo de Guido di Vanni, y la pelota rozó el horizontal. Un poco más bajo y era gol.

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Lamentable la actuación de los azulgranas. Este equipo anda de mal en peor. Fue vencido sin complicaciones por el clásico rival y frente a Luqueño, no mostró nada.

Muy pobre la actuación de los centrales, Iván Cañete, Santiago Molina, y los volantes, Silvio Torales, Jorge González y Jorge Rojas. La situación de Pablo Velázquez debería ser estudiada por el departamento de fútbol.

compañeros, y demostrando no tener más deseos de continuar en este equipo. Tener a Velázquez en el once es jugar el partido con un hombre menos.

La etapa final no cambió mucho. El ingreso de Jorge Núñez en Luqueño mejoró algo el andar de su equipo. Fue justamente este atleta quien habilitó solo a Juan Escobar para anotar, que hubiera significado el triunfo.

El defensor se colocó como Maradona, pero terminó como una persona que nunca chutó una pelota en su vida. La poca gente que asistió al Feliciano Cáceres se retiró desilusionada del mediocre espectáculo visto.

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