Susan David
Lidiar efectivamente con las emociones es una habilidad clave en el liderazgo. Y ponerles nombre a las emociones –algo que los psicólogos llaman de "etiquetado"– es un primer paso importante para administrarlas de manera efectiva. Pero es más difícil de lo que suena; Muchos de nosotros luchamos para identificar qué es exactamente lo que estamos sintiendo, y a menudo la etiqueta más obvia no es realmente la más precisa.
La ira y el estrés son dos de las emociones más comunes en el lugar de trabajo, o al menos esos son los términos que utilizamos para ellas con más frecuencia. Sin embargo, a menudo son máscaras de sentimientos más profundos que podríamos y debemos describir de maneras más matizadas y precisas.
Se ha demostrado que cuando las personas no reconocen y abordan sus emociones, muestran entonces un menor bienestar y más síntomas físicos de estrés. Por otro lado, tener el vocabulario correcto nos permite percibir el verdadero problema a la vista, tomar una experiencia desordenada, entenderla más claramente y construir una hoja de ruta para abordarla.
Aquí hay tres maneras para identificar de manera más precisa sus emociones:
-Amplíe su vocabulario emocional: Las palabras importan. Si experimenta una fuerte emoción, tómese un momento para considerar cómo referirse a ella. Pero no se detenga ahí: una vez que la haya identificado, trate de encontrar dos palabras más que describan cómo se siente. Usted puede ser que se sorprenda al encontrar una emoción más profunda enterrada debajo de la más obvia. Es igualmente importante hacer esto con las emociones "positivas" y "negativas".
-Considerar la intensidad de la emoción: Estamos aptos a saltar a descriptores básicas como "enojado" o "estresado" incluso cuando nuestros sentimientos son mucho menos extremos. Es importante en su propia autoevaluación si usted está enojado o simplemente gruñón, triste o simplemente consternado, eufórico o simplemente complacido. Al etiquetar sus emociones, también clasifíquelas en una escala de 1 a 10 para medir cuán profundamente o urgentemente la está sintiendo.
-Póngalas por escrito: Los experimentos de James Pennebaker revelaron que las personas que escriben sobre episodios emocionalmente cargados experimentan un marcado aumento en su bienestar físico y mental.
Por otra parte, en un estudio de trabajadores recientemente despedidos, se encontró que aquellos que ahondaron en sus sentimientos de humillación, enojo, ansiedad y dificultades de relación tenían tres veces más probabilidades de obtener de nuevo un empleo que aquellos en los grupos de control. El proceso de escritura les permitió adquirir una nueva perspectiva sobre sus emociones y comprenderlas más claramente y entender sus implicaciones.
También puede usar estos tres enfoques: ampliar su vocabulario, anotar la intensidad de una emoción y escribirla, al tratar de comprender mejor las emociones de otra persona. Al comprender mejor lo que están sintiendo con más precisión, estarán mejor preparados para responder de manera constructiva.
Una vez que usted entiende lo que está sintiendo, entonces usted puede tratar mejor y aprender de esas emociones descritas con más precisión.
(Susan David es fundadora del Instituto de Coaching de Harvard / McLean y es profesora en Harvard).